martes, 30 de abril de 2024

San José Obrero. 1 de mayo

    Esta fiesta, se puede decir, que es una festividad del siglo XX, al haber sido proclamada por Pío XII en el año 1955. El día uno de mayo en la plaza de San Pedro, ante una muchedumbre de más de 150.000 trabajadores, dijo el Papa: “Desde un principio pusimos vuestras asociaciones bajo el poderoso patrocinio de San José, porque no podía haber mejor protector para ayudaros a empapar vuestra vida con el espíritu del Evangelio. Desde hace tiempo el enemigo de Jesucristo siembra cizaña en el pueblo, sin encontrar siempre una eficaz resistencia de parte de los católicos. Particularmente en el sector de los trabajadores ha hecho y hace todo lo posible por difundir falsas ideas sobre el hombre y el mundo, sobre la historia y la estructura de la sociedad y de la economía. San José Obrero es el humilde obrero de Nazaret que no solo encarna delante de Dios y de la Iglesia la dignidad del obrero manual, sino que es también el próvido guardián de vosotros y de vuestras familias”.
Imagen de San José con el Niño en brazos.
Catedral de Cuenca
    En los primeros siglos el pueblo cristiano miraba a San José como un intercesor nato de la Iglesia, sobre todo en el sector humilde y artesano. Siguiendo este sentido, Pío IX nos habló primero de San José Como Patrono universal y Pío XII proclamó especialmente el patrocinio sobre el mundo obrero. En 1819 se encontró una piedra con una inscripción en griego, en la que decía: “Oh Santo José, asísteme en mis trabajos y dame gracia”. Esta inscripción parece ser del siglo IV o V y podría tenerse como el primer documento del culto privado que se realiza a San José.

Feliz día del trabajo.
Cuenca, 1 de mayo de 2021. Actualizado el 1 de mayo de 2024.

José María Rodríguez González. Profesor e investigador histórico.

Efemérides conquenses del 1 de mayo. Toma posesión de la mitra de Cuenca el obispo D. Felipe Antonio Solano (1 de mayo de 1779).

     Nace este prelado en Castel-frío, del obispado de Osma el 13 de marzo de 1724. Fueron sus padres D. Juan Pascual Solano y Doña María Josefa Marín y Ruiz, quienes le procuraron una selecta educación moral y literaria, mandándole a estudiar a la Universidad de Alcalá de Henares de donde fue catedrático de Teología.

Catedral de Cuenca.

    Fue presentado para la Mitra de Puerto Rico, que no aceptó, y en marzo de 1774 el rey Carlos III le presentó para la de Ceuta. El papa Clemente XIV pasó la gracia, y en junio del mismo año le consagró en Madrid el Ilmo. D. Felipe Beltrán, inquisidor general. A los tres años murió el Ilmo. Sr. Pavón, y el rey Carlos III le presentó para el obispado de Cuenca. Después de las bulas del papa Pío VI, el Sr. Solano tomó posesión el 1 de mayo de 1779 por su apoderado D. Tomás Melgarejo, Deán y Canónigo de esta santa iglesia catedral, y entró en esta ciudad el 29 de junio del mismo año.

Cuenca, 1 de mayo de 2021. Actualizado el 1 de mayo de 20234

José María Rodríguez González. Profesor e investigador histórico.

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Fuentes documentales:

-Noticias de todos los Ilmos. Srs. Que han regido la diócesis de Cuenca. Trifón y Soliva. 1860

-Noticias y tributo a San Julián D. Rogelio Sanchiz Catalán. Cuenca. 1909.

 

lunes, 29 de abril de 2024

Efemérides conquenses del 30 de abril. Visita del rey Felipe II a Cuenca.

     El rey Felipe II vino a Cuenca invitado por el obispo D. Bernardo de Fresneda, acompañado de muchos personajes.

¿Por qué vino el rey Felipe II a Cuenca? ¿Quién era Fray Bernardo de Fresneda? Para contestar hay que empezar por nombras a nuestro gran Patrón San Julián. ¡Vamos Allá!

Dos reales acuñados en Cuenca (Casa de la Moneda) en tiempos de Felipe II

La multitud de enfermos curados milagrosamente por la intercesión de San Julián, hizo que constantemente llegasen gran número de aquéllos a la Catedral de Cuenca en súplica y ruego de exposición del Santo cuerpo, seguros de que a su vista y contacto hallarían remedio sus dolencias. Tan reiteradas instancias obligaron al Cabildo a manifestar repetidas veces el cuerpo del glorioso Obispo, haciéndose tres veces en el mes de Mayo de 1518, una en junio y otra en agosto.

El rey Felipe II, a cuya noticia llegaron los numerosos milagros de San Julián, y el estado de asombrosa incorrupción de su cuerpo, accediendo a la invitación que le hiciera su confesor, el Obispo de Cuenca Fray Bernardo de Fresneda, determino visitar la San Julián, y al efecto, vino a esta ciudad el domingo, 30 de abril de 1564.

He de decir en pro de nuestro obispo Fray Bernardo que el aprecio del rey Felipe II desde que le confió su conciencia, fue siempre en aumento y fue él quien colocó la primera piedra en la octava maravilla del mundo, el templo del Escorial el 30 de agosto, día de san Bernardo al igual que fue él también quien colocó la primera piedra del convento de Ntra. Sra. de los Remedios en Madrid el 4 de septiembre de 1664.

Después de este inciso continúo con la visita de Felipe II a Cuenca.

Al día siguiente, o sea, el 1 de mayo de 1564, después de oír Misa mayor, subió a la galería y vio y reverenció el santo cuerpo en unión del Obispo, Dignidades y Canónigos de esta Catedral, de los Justicias de la ciudad y de los Príncipes de Bohemia y de Parla, del Arzobispo de Burgos, del Nuncio de Su Santidad y de otras muchas personas que le acompañaron en su viaje, quedando todos maravillados del estado del cuerpo y de la justicia y razón que, de ser milagroso, tenía por toda España.

Cuenca, 30 de abril de 2021. Actualizado 30 de abril de 2024.

José María Rodríguez González. Profesor e investigador histórico.

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Fuentes documentales:

-Noticias de todos los Ilmos. Srs. Que han regido la diócesis de Cuenca. Trifón y Soliva. 1860

-Noticias y tributo a San Julián D. Rogelio Sanchiz Catalán. Cuenca. 1909.

San Pío V (1504-1672). Festividad del día 30 de abril.

   Hoy para finalizar el mes nos propone el Santoral Católico a san Pío V, un fraile dominico que ocupó el Vaticano sólo seis años y que fue canonizado en 1712 por Clemente XI.

Se llamaba Antonio Ghisliere, piamontés de origen muy humilde, ingresó en la orden dominica, fue inquisidor en la diócesis de Como, y ya en la cincuentena, obispo, cardenal y en 1666, Sumo Pontífice, tras un agitado cónclave en el que patrocinó su elección san Carlos Borromeo, sobrino del difunto Pío IV, quien no había mantenido buenas relaciones con el que fue su sucesor.
San Pio V

Era notorio que el nuevo papa no iba a ser blando y transigente, y así fue. Vivía como en un convento, con gran austeridad, celebraba misa todos los días (algo infrecuente por aquella época), muy caritativo y constante en las lecturas piadosas y el rezo del rosario (sus atributos son un crucifijo y un rosario).

Enérgico y de una independencia férrea, se tomó muy en serio sus deberes. En la ciudad de Roma reprimió implacablemente toda mundanidad, vicio y escándalo, y respecto al conjunto de la Iglesia aplicó las normas de Trento sabiamente que urgían las reformas más profundas. Ya en 1566 publica el famoso Catecismo trentino que lleva su nombre, que luego haría reeditar a santo Tomás, refunde el breviario y el misal, combate la simonía y el nepotismo, vigila la elección de obispos.

Duro y no siempre acertado en asuntos de política, se enfrenta a Felipe II, excomulga a Isabel de Inglaterra y forma una liga con España y Venecia que tiene sus frutos en la victoria de Lepanto, tras la cual instituye la fiesta de Nuestra Señora del Rosario. Hombre de acción y de oración, tal vez en ocasiones demasiado fraile, da toda su medida en una dolorosísima muerte (Se le hallaron en la vejiga tres piedras de seis onzas) mientras rezaba: “Tu que aumentas el dolor, aumenta también la paciencia”. En su sepulcro de santa María la Mayor está barbada y sonriente, bendiciendo con un gesto augusto y paternal de serenidad.

Publicado en Cuenca, 30 de abril de 2020. Actualizado 30 de abril de 2024.

Por: José María Rodríguez González. Profesor e investigador histórico.

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FUENTES CONSULTADAS:
-Año Cristiano para todos los días del año. P. Juan Croisset. Logroño. 1851.
-La casa de los santos. Carlos Pujol. Madrid. 1989.
-Año Cristiano. Juan Leal, S.J. Madrid. 1961.


domingo, 28 de abril de 2024

San Pedro de Verona, mártir. (1206-1258). Festividad del 29 de abril.

   La fe es el tesoro más precioso, no sólo para cada alma en particular sino aun para los estados y el mundo en general. Por esto, en las épocas de intensa religiosidad, como en la Edad Media, la herejía era considerada como un delito y, después del anatema de la Iglesia, seguía el castigo de la autoridad civil.

San Pedro, dominico ilustre del siglo XIII, murió en su oficio de inquisidor el 6 de abril de 1252, a los cuarenta y seis años. Había nacido en Verona en el año 1206, cuando en las ciudades del norte de Italia pululaban los herejes valdenses, albigenses, pobres de Lyón, cátaros y patarinos. En el seno mismo de su familia reinaba el desconcierto religioso y la herejía. Providencialmente, estudiando en la Universidad de Bolonia, conoció a santo Domingo de Guzmán y, por gracia espiritual de Dios, se decidió a verter el hábito blanco de los Hermanos Predicadores. Desde entonces su vida entera es un anhelo constante de lucha para convertir herejes, defender la verdad, deshacer sofismas, combatir errores.

Poseía un don especial para la predicación y conversón de los herejes. Sus superiores lo envían a predicar a la Toscana, a la Romaña, la Marca de Ancona, a Bolonia y a Milán. El año de 1232, Gregorio IX, conocedor de su ciencia y de su celo, lo nombra inquisidor general. No por esto interrumpe su cargo de predicador. Los milagros son ya la confirmación y la fuerza de sus palabras. En Milán siente un día el peso de la batalla y la nube gris del desaliento. Se postra ante los pies de la Virgen y oye en el secreto del alma aquellas palabras del Evangelio: “Pedro, yo he regado por ti para que tu fe no desfallezca. Adelante y persevera en tu primer trabajo”. Desde aquel día el celo de la fe crece en su corazón.

De Milán pasa a Cesena; de Cesena a Ravena, Mantua y Venecia. Viene a Como, nombrado prior del convento, con la experiencia de gobierno que había adquirido en las casas de Plasencia, Génova y Aosta. La luz de la verdad brilla por dondequiera que pasa. Tiene en sus labios la fuerza del Evangelio de Cristo. Dios le ha hecho presentir su muerte.

Un día predicando termina con estas palabras: “Yo sé que la sinagoga de los malvados ha decidido mi muerte, sé que va está depositado el dinero que se ha de dar al asesino. Hágase como quieren. No tardarán en darse cuenta de que mi muerte va a hacerles más daño que mi vida”.
Martirio de san Pedro de Verona.

Esto lo decía el Miércoles Santo. El 5 de abril va a Coma de Milán, solo, rezando el Salterio, cuando en un bosque, a las dos de la tarde, le sorprende un asesino, que le descarga un golpe de hacha en la cabeza. El mártir cae al suelo, tiene serenidad para ponerse de rodillas, reza el Credo, ofrece su vida en sacrificio y con la misma sangre que sale a borbotones de su cabeza, escribe en la tierra estas palabras, que se han hecho clásicas en las representaciones del Santo: “Credo in Denun” – Creo en Dios. Su asesino se convirtió después. El Papa Inocencio IV decretó su canonización el año siguiente y Sixto V introdujo su nombre en el calendario de la Iglesia universal.

Publicado en Cuenca, 29 de abril de 2020. Actualizado el 29 de abril de 2024.

Por: José María Rodríguez González. Profesor e investigador histórico.

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FUENTES CONSULTADAS:
-Año Cristiano para todos los días del año. P. Juan Croisset. Logroño. 1851.
-La casa de los santos. Carlos Pujol. Madrid. 1989.
-Año Cristiano. Juan Leal, S.J. Madrid. 1961.










El libro: “Iconografía e iconología de la Catedral de Santa María de Cuenca” en venta en la Feria del Libro de Cuenca.

 

“Iconografía e iconología de la Catedral de Santa María de Cuenca”

Este año la Feria del Libro se celebra en Cuenca: del 27 de abril al 2 de mayo, en la caseta de la librería Evangelio encontrarás el libro.

 


Disponible en la librería Evangelio de Cuenca, tanto en la de Fernando Evangelio, en la Plaza de la Hispanidad, 1; como la de Juan Evangelio, en C/Carretería 31.

Que mejor carta de presentación de este libro que las palabras que el Ilmo. Sr. Obispo dijo en el Prólogo:

“Sirvan estas breves palabras mías de pórtico o ingreso a la lectura del libro del conquense D. José María Rodríguez que ahora ve la luz, después de años de paciente trabajo. Saludo su aparición porque ha de contribuir, a buen seguro, a un mejor conocimiento de nuestra bellísima Catedral de Cuenca.

En una Catedral, quizás la obra más completa y orgánica de que es capaz el ingenio humano y la expresión más alta de su capacidad artística, se armonizan de manera admirable disciplinas artísticas y ciencias distintas. El trabajo conjunto de todas ellas da lugar a una obra singularísima del espíritu humano que sorprende por su complejidad, deslumbra por su "logos" y entusiasma por su belleza.

"Conocer" una Catedral implica desentrañar la idea original que es su razón de ser y que la "juzga"; requiere saber de cada uno de los elementos a partir de los cuales se construye su unidad; exige percibir la organicidad de la estructura más allá de sus variados integrantes; pide descubrir la belleza plural y única en la armonía de cada una de sus facciones y en el orden de sus formas.

Con su obra, José María Rodríguez nos ayuda a conocer más y mejor la Iglesia Madre de nuestra diócesis, su Catedral. Nos hace entrar en el mundo de la iconografía, de las imágenes y figuras, humanas unas, de animales o vegetales otras, reales o imaginarias, simbólicas o alegóricas, históricas o mitológicas, que pueblan capiteles, columnas, frisos, canecillos o metopas del templo. Las presenta y las "lee", nos revela su sentido y significado. De ese modo la Catedral nos desvela la entidad de algo disimulado en el conjunto, da relieve a uno de los elementos de su pluralidad ordenada.

Vaya mi cordial felicitación a D. José María Rodríguez por esta obra, a la vez que le expreso mi deseo de que se vea seguida por otras centradas igualmente en nuestra magnífica Catedral. Estoy seguro de no ser el único en desearlo y esperarlo”.

                                                                                                                           +José María Yanguas

Obispo de Cuenca


Iconografía e Iconología de la Catedral de Santa María. Cuenca

D.P. CU 74-2013

ISBN: 978-84-92711-98-7

Formato: Vertical. 29.00X24.50cms.

 Sinopsis:

Tal como sucedió durante la época románica, la escultura gótica está llena de símbolos que eran fácilmente reconocibles por los cristianos y que ayudaban a transmitir el mensaje bíblico. Como sabemos, desde el concilio de Nicea hasta el de Trento, la mayoría de los templos se orientaron de Este a Oeste. La Catedral de Santa María de Cuenca es uno de ellos. En un templo orientado, cada punto cardinal tiene un significado preciso; el Norte se dedicaba al Antiguo Testamento; el Sur al Nuevo Testamento; el Oeste, por donde se oculta el sol, se dedicaba al juicio final y el Este, por donde sale el Sol, se ofrecía a la grandeza de Dios. En el IV Concilio de Constantinopla, del año 870, se determinó que el icono era un signo visible de lo invisible careciendo de existencia por sí mismo determinando que: “Lo que el Evangelio no dice a través de la palabra, el icono nos lo anuncia y nos lo hace presente”.

 En los arcos se representan los vicios y virtudes que el hombre ha tenido y tiene desde el principio de los tiempos. A través de sus figuras, va narrando los demonios a los que se ha de enfrentar el hombre para encontrar su salvación. No siempre los iconos aparecen como figuras aisladas. A veces, están en el contexto de programas evangélicos bien del Antiguo Testamento, o bien de marcado carácter teológico que responden a principios fundamentales estéticos e iconográficos.

 En esa época, los pecados más denunciados desde los púlpitos fueron la avaricia y la lujuria, sin olvidar el resto de pecados capitales. En sus arcos existe una dualidad, enfrentando a las virtudes con los vicios opuestos: Fe-Idolatría, Castidad-Lujuria, Paciencia-Ira, Soberbia-Humanidad, Lujo-Sobriedad, Caridad-Avaricia y Concordia-Discordia. Todo ello invita a hacer un recorrido por cada arco para encontrarles su significado y su enseñanza. Como dijo ya por el siglo III d.C. Plotino: “los ojos del cuerpo se han de cerrar para que se abran los del alma con los que se puede contemplar la imagen invisible”.

 

 

 


 

”Aggelos”. Catedral de Santa María. Cuenca. En la Feria del Libro de Cuenca.

 ”Aggelos”. Catedral de Santa María. Cuenca.

Notas de su autor. José María Rodríguez González.

 Este año la Feria del Libro se celebra en Cuenca: del 27 de abril al 2 de mayo, en las caseta de la librería Evangelio encontrarás el libro.

 Esta obra nace del fruto de la observación y del trabajo de investigación que he llevado a cabo durante varios años. Si no lo ves pregunta por él, descubrirás el mundo angelical de la Catedral de Cuenca.

 


Todas las culturas se han visto fascinadas y atraídas por los seres alados. Culturas anteriores a la nuestra han dado señales de su existencia esculpiéndolos en piedra representándolos en lienzos y paredes. Todos estos  vestigios han llegado hasta nosotros, haciéndonos partícipes de sus creencias. Es por ello que he elegido el titulo de esta obra: ἄγγελοςaggelos”, sustantivo masculino en griego de: ángel, mensajero o enviado. Dando una visión universal con su nombre.

Son muchos los aspectos angelicales que posee nuestra catedral.  Este trabajo pretende ser un viaje a través de las creencias y valores religiosos de sus autores, esas personas que dejaron su fe inscrita en las tallas y lienzos que conforman las paredes del templo catedralicio desde sus orígenes hasta el siglo XVIII.

No pretende ser esta obra una simple ilustración, cada imagen expresa y muestra aspectos complementarios a la escena principal. El análisis iconográfico permite comprender cuál es el peso de la representación artística en la elaboración de las figuras angelicales, unas veces parte principal de la exposición y en alguna ocasión está determinado más por el aspecto visual que por la influencia bíblica.

Las obras mostradas son fruto del tiempo por lo que cada una encarna una época y por consiguiente una síntesis de la técnica y de la cultura del momento en que fue realizada la obra.

Este trabajo es una reflexión teológica pensando en cada obra y el papel que determina la representación de cada ángel que la integra.


Teniendo en cuenta la cronología, la perspectiva temporal permite apreciar los distintos cambios que se han afectado en la representación de los ángeles.

Es curioso observar la vestimenta de los ángeles renacentistas cuya indumentaria deriva de la época en que fueron pintados o esculpidos dando una idea, además de bíblica, histórico-cultural.

Disponible en la librería Evangelio de Cuenca, tanto en la de Fernando Evangelio, en la Plaza de la Hispanidad, nº1; como la de Juan Evangelio, en C/Carretería 31.

“Aggelos” Catedral de Santa María de Cuenca.

D.P. CU 5-2019

ISBN: 978-84-09-08257-7

Formato: Vertical. 30.00X21.00cms.

 Sinopsis:

Este libro no es una simple ilustración, cada imagen expresa y muestra aspectos complementarios a la secuencia principal. El análisis iconográfico permite comprender cuál es el peso de la representación artística en la elaboración de las figuras angelicales, unas veces parte principal de la exposición y en alguna ocasión está determinado más por el aspecto visual que por la influencia bíblica.

Las obras presentadas son fruto del tiempo por lo que cada una encarna una época y por consiguiente una síntesis de la técnica y de la cultura del momento en que fue realizada la obra.

Dos son las vertientes que se tratan, una la composición de cada obra, llegando a expresar su sentido catequético y descriptivo. Una segunda vertiente, haciendo un seguimiento de las obras realizad por cada autor, incluyendo un análisis desde el primero hasta el último trabajo realizado cronológicamente, como un recorrido a través del tiempo por las capillas, en ellas está plasmado el pincel o el cincel de cada artista que en su momento vio de esa forma los motivos angelicales.