domingo, 21 de agosto de 2011

Carta a la muerte de un gran hombre



CARTA A LA MUERTE DE UN AMIGO: D. JUAN JOSÉ GÓMEZ BRIHUEGA. UN GRAN HOMBRE
Por José María Rodríguez.
Cuando un amigo muere se va una parte de uno mismo, se lleva aquellos momentos emotivos que se vivieron con él. Pero siempre hay una parte positiva en todo y en esta ocasión es la de haber disfrutado de su amistad y la oportunidad de haberlo conocido en vida.
Han existido grandes personalidades, poetas y escritores que en momentos así sus plumas templaron cuando tuvieron que escribir, cuatro líneas, para expresar sus condolencias. “Siento sinceramente la muerte de Juanjo”.
Hay circunstancias en la vida que no podemos elegir como: el nacer, la familia, el nombre, etc. ya sea porque alguien lo hizo por ti o algo sucedió que lo determino así. Nadie escoge su origen y otras muchas circunstancias están al alcance de nuestras manos. Sin embargo, cada uno escribimos nuestra propia historia y hay momentos en la vida en que el tomar una decisión hace cambiar el destino propio y ajeno, voluntariamente o involuntariamente. Juanjo dejó un surco en quienes lo conocimos y tuvimos la suerte de disfrutar de su compañía.
Juanjo fue una persona que siempre estaba dispuesto a servir de ayuda a quien se la pidiera. Me acuerdo cuando en dos mil siete me pareció enriquecedor hacer un encuentro literario en Priego con Diego Jesús Jiménez y mis alumnos de 4º de ESO, le faltó tiempo para poder hacer de un sueño una realidad como aquella. Es sólo un ejemplo de algo que decidí hacer y vio la luz gracias a él.
Se nos fue una luz clara y potente para todos los que formamos parte de la comunidad de docentes, de poetas y escritores, seguramente, si buscamos dentro de nosotros siempre encontraremos su luz brillando a pesar de su ausencia.
El lunes, día once, se inaugura el curso de “Leer y entender la poesía” en Priego. Juanjo fue el alma de estos cursos, su secretario y su impulsor desde la primera edición. La conferencia inaugural correrá a cargo del poeta: Pablo García Baeza. Sirva de despedida un fragmento del poema “Alma feliz”, del mencionado poeta.
Alma felice che sovente torni... Petrarca, Soneto XIVAlma feliz por siempre, pues lo fuiste un instante,vuelve, ligera corza de la dicha pasada,junto al frío torrente donde flota el recuerdo,donde la rosa última de fugitivas horasaún perfuma suave con su filtro de llanto.

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