domingo, 22 de diciembre de 2013

Entre uvas y campanas anda la suerte


BUSCANDO LA SUERTE PARA EL NUEVO AÑO

Entre uvas y campanas anda la suerte


Torre de Mangana- Cuenca
Todos los pueblos, en mayor o menor medida, se dieron cuenta que el tiempo era cíclico. Trascurrido cierto tiempo los cultivos volvían a crecer y los períodos de lluvia volvían para fertilizar los campos, de esta manera el hombre fue consciente que todo volvía a empezar. La luna muere y renace cambiando su sombra, la serpiente hace lo mismo cuando cambia de piel y el periodo femenino constituye un ciclo de vida que en sí mismo representa la sucesión de la vida y la muerte.  Es el poder cíclico de las cosas, fue representado iconográficamente en el Medievo, por una serpiente que se muerde la cola, la podemos ver en la iconografía catedralicia, en uno de sus arcos góticos. Este símbolo lo denominaron euroboro.

Euroboro. Iconografía Catedral de Cuenca
Si nos remontamos en los tiempos para encontrar motivos de celebración por éste hecho, uno de los primeros ejemplos lo encontramos en el pueblo babilónico. Hace cuatro mil años, vieron en esta repetición cíclica, motivo de celebración e instauraron un ciclo festivo que duraba once días, coincidiendo con los primeros brotes de las plantas en primavera.

En Egipto, se señalaba el principio del nuevo año cuando el río Nilo empezaba a crecer el caudal, momento propicio para la siembra, celebrándose con gran algarabía y fiestas.

Como observamos en todas las culturas los cambios de ciclo han llevado consigo ritos para atraer el amor, la salud y el dinero, tres pilares esenciales para el bienestar y la felicidad de los hombres. Ritos encaminados en la búsqueda de la fertilidad y de la abundancia.

En la época romana, Julio César fue el que determinó el inicio del año el día uno de enero, primer día del mes dedicado al dios Jano. Este calendario se denominó calendario Juliano, utilizando el movimiento del sol para la medición del tiempo. Julio César lo estableció hacia el año 46 a.C. Este calendario se mantuvo hasta que el 4 de octubre de 1582, que el Papa Gregorio XIII instauró el nuevo calendario, de ahí su nombre, Gregoriano, y fue adoptado por todos los países católicos casi de inmediato.

Racimo de uva. Iconografía Catedral de Cuenca
El comenzar el año con el rito de las uvas, es relativamente moderno. Doce uvas que deben ser comidas una a una,  coincidiendo con cada campanada del reloj a las doce de la noche. El significado de este ritual se relaciona con las aspiraciones y anhelos de cada persona, siempre con el deseo expreso de que se hagan realidad los deseos y anhelos. Aflorando la añoranza de un año que termina y la esperanza de alcanzar los mayores éxitos en el año que comienza.

Hace unos días, buscando en los cajones del recuerdo di con algo curioso, alguien en los albores del siglo XX, se había tomado la molestia de buscar y dar un significado a cada una de las uvas. Cada una de estas modestas uvas tiene su fundamento en el mundo del deseo humano. Desde la primera a la última están cuidadosamente seleccionadas, se les atribuye un posible logro o beneficio. Si no son injeridas en su tiempo justo, esto es, a su campanada, la suerte se vuelve adversa en los distintos meses del año entrante. Junto con el significado encontré una esfera de reloj con sus manecillas e ilustrado con doce escenas significativas. Iniciando con la escena del génesis, el pecado de Adán y Eva; prosigue con monumentos identificativos de ciudades emblemáticas del mundo; hasta la novena y décima que son ilustradas con dos parejas renacentistas; la undécima aparecen unos fuegos artificiales; para cerrar la  duodécima, con una vista de Nueva York. Es de suponer que estas ilustraciones deben de indicar el presagio que se gana o se pierde según se desarrolle el rito de la toma de las uvas.  
Reloj de la suerte. año 1920

El significado de cada uva es el siguiente: La primera, desea una noche inolvidable; la segunda, sorpresa en el mes de enero; la tercera, regalos apetecibles; la cuarta, feliz acontecimiento; la quinta, suerte en los negocios; la sexta, nuevas oportunidades; la séptima, noticias importantes; la octava, suerte en la lotería; la novena, un deseo cumplido; la décima, un veraneo inesperado; la undécima, un encuentro dichoso y la duodécima, la felicidad.

Como vemos son muchas las tradiciones y ritos para estos momentos, siempre con la esperanza de alcanzar en los meses venideros los mayores logros en los tres conceptos anteriormente citados, amor, salud y dinero. Mi consejo particular es que lo pase lo mejor posible en compañía de sus seres más queridos y entre en el nuevo año con su mejor sonrisa.
A todos, FELIZ AÑO 2014
José María Rodríguez González

jueves, 19 de diciembre de 2013

Palacio de la Diputación de Cuenca. Primeros años de su puesta en servicio


EL PALACIO DE LA DIPUTACIÓN DE CUENCA. SEGUNDA PARTE

Se quedaron pendientes algunas cosas interesantes de contar y creo que es de interés público el  tener conocimientos de los primeros tiempos de esta magnífica construcción, de sus instancias y utilidades que paso a describir.
Palacio de la Diputación en 1928
 Como os conté, el palacio fue construido en el antiguo campo de San Francisco. En este mismo lugar se construyó el parque de la “Glorieta” por prestación personal, por iniciativa de D. Luis Pérez.

Más tarde y en estos jardines, se levantó el Palacio Provincial de la Diputación. Las obras se iniciaron el 6 de junio de 1881, dirigió las obras el arquitecto D. Rafael Alfaro.
 Este edifico está construido con piedra de sillería, con balconada de mármol blanco. Al lado izquierdo del edificio se instaló una fuente de piedra, labrada por José Tórtola.
Cuenta  Basilio Martínez Pérez, que el palacio tenía numerosas y confortables habitaciones, destacando entre ellas, el saloncito rojo y el amplio salón de actos, construido y decorado por los artistas conquenses Lesmes Ruiz y Marcelo Usón, bajo la dirección del arquitecto provincial, que en aquellas fechas era D. Roberto García Ochoa.
Palacio de la Diputación. Año 2013
La soberbia escalinata central, está construida con mármoles de la provincia. En lo alto, se encontraba colocado un lienzo al óleo, de grandes dimensiones, escena de la representación de la conquista de Cuenca, original del expensionado pintor conquense Benito Chust y un busto del Obispo Palafox, en escayola bronceada, debido al escultor Croy de Abre.  En distintas salas y en algunos corredores se fueron colocando los cuadros de artistas pensionados.
En las salas de su planta baja, se inauguró en el mes de mayo, de ese mismo año, una escuela de Artes y Oficios. La escuela fue creada con miras a un ensayo para ver si daba buen resultado en la formación de profesionales, dice la crónica de la época que fueron óptimos los resultados que se obtuvieron. Los profesores que la integraban fueron: D. Manuel López, director, Catedrático de Física y Química del Instituto Nacional; D. Luis Marco Pérez, escultor laureado, profesor de Modelado y Dibujo Artístico; D. Manuel Alique, licenciado en Ciencias, profesor de Matemáticas, y D. Joaquín Buendía, pintor y maestro nacional, profesor de Dibujo lineal, Gramática y Caligrafía.
A sus clases asistieron gran cantidad de alumnos y al final de cada curso, se celebraban exposiciones con los trabajos realizados: exposiciones que eran visitadas por gran número de ciudadanos.
Alrededor  del edificio se disponía de unos jardines de regular extensión, primorosamente cuidados y en el interior de ellos se alzaba un templete de bella traza, donde  celebraba conciertos la Banda Provincial, dirigidos por entonces, por el popular maestro Nicolás Cabañas.
Espero que estas letras hayan servido, para conocer un poquito más esta ciudad de Cuenca que los conquenses nos sentimos orgullosos de ser hijos de ella.
José María Rodríguez González
19 de diciembre de 2013

domingo, 15 de diciembre de 2013

Embrujo y misterio en las noches de Luna llena en la ciudad de Cuenca


EMBRUJO Y MISTERIO EN LAS NOCHES DE LUNA LLENA EN LA CIUDAD DE CUENCA
Son muchas las experiencias vividas en los dos años que pasé tras las Luna llena por la hoz del río Huécar que se vió plasmada en la exposición y libro titulado “Selene. Mitología de la Luna llena en la hoz del Huécar”. A raíz de esa investigación raro es el mes que en su Luna llena no se me van los ojos tras de ella, como Selene buscando a Endimión.
La Luna llena está siempre acompañada de misterio y Cuenca es la ciudad ideal del ensueño de las lunas. Pero antes de mis vivencias tras “Selene” ha habido otros conquenses ilustres que descubrieron su encanto viéndose atrapados por su hechizo como Federico Muelas y César González Ruano. Este último nos habla de sus sueños de luna: “Desde el hotel, enclavado en la ciudad nueva, extendida por lo que era el Arrabal y la Albufera, Cuenca, sobre todo en las noches de Luna, tiene su carácter irreal y casi fantástico”. 

Cuenca en sí es una leyenda viva, que se repite cada mes con su seducción de luz de luna llena que baña sus tejados, calles y rincones, llenando a sus gentes de vivencias e historias que día a día son soñadas y vividas.
Cuenta la leyenda fechada por los años de la reconquista, cuando fue escondido un tesoro ante la eminente llegada de las tropas cristianas a la ciudad mora de Qūnka. Y  en la última luna del año, a la hora del gallo y la Luna ve al Sol, sus primeros destellos son los que iluminan la entrada de la cueva que los guarda y oculta.

¿Qué habrá de cierto en todo esto? La tradición de los tesoros ocultos no podía faltar en la historia de Cuenca. Según la leyenda, se encuentran enterrados en el cerro de la Majestad o cerro de la Mora. Los Tesoros se creen depositados en la cueva del Madero, pero la verdad es que nadie ha dado con ella. ¿Quién sabia que los moros escondían sus tesoros en la cueva del Madero? ¿Qué tesoros escondían? ¿Eran las ricas joyas que adornaban los cuerpos de las moras en los bailes privados con los que deleitaba a su amor en las noches de pasión bajo el influjo de los rayos de luna llena? ¿O son las ricas joyas de Zaida, hija del rey moro de Sevilla y esposa de Alfonso VI las que allí se hallan?

El rey Alfonso VI de León se refugió primero en Toledo y luego en Sevilla, al hacerle la guerra a su hermano Sancho II, el Fuerte; Allí se enamoró de Zaida, hija del rey Abenabeth, la cual tomó el nombre de María Isabel al bautizarse. Aportó como dote las plazas de Cuenca, Huete y Uclés (año 1091). AL invadir los almorávides el reino de Castilla, Alfonso VI manda con el ejército a su hijo Sancho Alfonsín, muriendo en la batalla de Uclés (1108) y Sagrajes, perdiendo las plazas de Uclés y Cuenca.
 No sabemos, si es que alguna vez  existieron, de quien pudieron ser estas joyas del misterioso tesoro que se cree enterrado. La realidad poco importa, para el juego que hoy me ocupa. En esta noche fría de diciembre sintiendo la humedad del río, este Huécar casi oculto que cruza entre las últimas huertas que quedan en la hoz, próximas a las antiguas murallas que defendieron a esta digna ciudad eterna. Poco importa quien fuera la mora. El verdadero tesoro es esta noche fantástica, en que a través de su silencio, también irreal, sentado sin prisa a esperar la aparición de la luna por el cerro de la Majestad para inmortalizar el momento de su salida como guardián y amante de la reina de la noche. La ciudad duerme y sueña con sus antiguas grandezas.  Todo hombre tiene el derecho a soñar, a conquistar la vida ante la muerte, sagrado derecho del sueño que se ve iluminado por el hechizo lunar. Cuenca sueña, sus calles llenas de casones con historia, Cuenca encantada ante la majestad de su templo regio que guarda sus tesoros del tiempo pasado y presente, como el cerro de la Mora. Y cuando la Luna se esconde, tras las primeras luces de la mañana, la ciudad despierta a la realidad de su presente que es el mejor tesoro que posee. El amor de sus gentes a la ciudad del presente. “Cuenca en volandas” como cantó su poeta.
José María Rodríguez González
15 de diciembre de 2013

martes, 10 de diciembre de 2013

Los jardines de la "Glorieta" y el Palacio de la Diputación de Cuenca


EL PALACIO DE LA DIPUTACIÓN
Como investigador e hijo de esta ciudad de Cuenca, quiero sumarme a los actos conmemorativos del bicentenario de la institución provincial  de la Diputación, aportando mi granito de arena y dar algo de luz sobre el proceso que se llevó para la construcción del palacio de la Diputación.
La Diputación de Cuenca fue creada en 1835, como consecuencia de la División territorial de España en 1833.
Buceando por la hemeroteca de 1910 del periódico “El Liberal” de 12 de octubre, su número 73, nos aporta el proceso que se llevo para hacer efectiva la edificación en los jardines llamados “La Glorieta”.
En los primeros días del año 1890, aún tenía Cuenca para diversión y recreo de sus habitantes, un hermoso jardín, conocido como el nombre de “Glorieta”.
Este jardín, que fue gala de la ciudad durante mucho tiempo, estaba emplazado en el antiguo campo de San Francisco, correspondiente a la calle del mismo nombre. Fue construido por prestación personal, y a partir del año 1830, el Ayuntamiento consignó en sus presupuestos las cantidades necesarias para su custodia, conservación y mejora.
Amplio, bien cuidado, sombreado por árboles frondosos y rodeado de un paseo de anchura suficiente, ofrecía sitio apropiado para el esparcimiento de los conquenses y el jardín poblado de flores, era encanto de los niños y la atracción más poderosa para la juventud.

Por entonces, nadie había pensado la posibilidad de que “La Glorieta” estuviese llamado a desaparecer, hasta el día 8 de febrero del año 1890, en que la Excmo. Corporación Municipal, consignó en el libro de actas de sus sesiones el siguiente acuerdo: “A propuesta del Señor Presidente, acordó el Ayuntamiento proponer a la Excmo. Diputación Provincial, las siguientes bases, para que el proyectado palacio de la misma se emplace en el jardín de “La Glorieta”; a saber:
Primera, el Ayuntamiento cede el jardín de “La Glorieta”, para que en la parte necesaria del mismo se emplace y construya el palacio de Diputación Provincial, entendiéndose que la parte sobrante habrá de quedar destinada a jardín, habrá de conservarse por cuenta de la Diputación, teniendo jardinero pagado de sus fondos, y habrá de poderse utilizar el jardín por el vecindario.
Segundo, en compensación de dicha cesión habrá de emplazarse por la Diputación Provincial otro jardín o Glorieta en el sitio comprendido a la izquierda de la carretera de Valencia, desde la alcantarilla hasta la fuente de San Fernando, o en otro que estime más conveniente el Ayuntamiento construyéndose por la Diputación verja de cerramiento y haciéndose a su costa la traída de aguas para riego, caseta para el jardinero e invernadero.
Tercero, el proyecto de nueva Glorieta se presentará por el Ayuntamiento, y su importe máximo será de 80.000 pesetas, siendo de cuenta de la Diputación su pago, y el expropiación del terreno
Cuarta, las obras del Palacio y Glorieta serán simultáneas, y estas serán intervenidas por el Ayuntamiento y habrán de terminarse dentro de dos años.”
Comunicado el acuerdo a la Diputación el día 14 del mismo mes, dándose por enterada ésta Corporación el 21, significando al Ayuntamiento la conveniencia de instruir el necesario expediente de enajenación, al paso que le pedía el proyecto de la nueva Glorieta que habría de construirse.
Pasada la respuesta a informe de las comisiones de obras y de paseo y arbolado en los primeros días de marzo, fue por ellas prestado en abril siguiente, opinando que debía sustituirse las bases propuestas por las siguientes:
1ª Cesión de la Glorieta como se acordó.
2ª Que la Diputación pagase 80.000 pesetas en un año de los fondos obtenidos para la construcción del palacio.
3ª Que estas 80.000 pesetas se depositaran en la Sucursal del Banco España para pago inmediato y exclusivo de un paseo por 30.000 pesetas, y de las obras de la traída de aguas de la Cueva del Fraile por 50.000 pesetas.
Como firmantes del informe, recordamos entre otros a los señores: Recuenco, Fontana, Pinós, López, Cuesta, Merchante y Blasco.
Elevado el informe a la categoría de acuerdo y aceptadas las bases por la Diputación más variante que la de hacer el pago en ocho trimestres en el mes de mayo, se acordó en junio la necesidad de la ocupación del terreno, se nombró a D. Francisco García Zamora, aceptándolo en Ayuntamiento, y prestando este señor su informe en estos términos: que la cabida de la finca era de 10.279 metros superficiales; que la expropiación interesaba a toda la finca, que debían ofrecerse al Ayuntamiento 80.000 pesetas y que esta suma podía atenderse en otra parte al servicio de ornato y recreo, objeto propio de la Glorieta.
Aceptado el peritaje 21 de junio, se verificó por la Diputación el pago del primer plazo y gastos del expediente de expropiación, asistiendo al acto los señores Blasco Rodríguez, Pérez Muñoz, Ramírez y Zamora, haciéndose cargo de la suma de 10.000 pesetas el señor Depositario de fondos municipales y depositándola después en la Sucursal del Banco de España a disposición del Ayuntamiento y a los efectos acordados.
En la misma forma se realizó el segundo plazo, de otras 10.000 pesetas a finales de diciembre y en idénticos términos fueron cobradas y depositadas las 10.000 pesetas del tercer plazo en mayo de 1891.
El incumplimiento de los plazos de los depósitos hizo que la obra se ralentizara en los años sucesivos.  Será a partir de 1926 cuando, con la compra del mobiliario, lámparas y tapices se pueda dar por concluido el proyecto.
José María Rodríguez González
Profesor e investigador
 

jueves, 5 de diciembre de 2013

La Capilla del Obispo en la Catedral de Cuenca


LA CAPILLA DEL OBISPO CRUZ LAPLANA LAGUNA Y LA FIGURA DEL OBISPO EN LA TOMA DE POSESIÓN DE LA SILLA EPISCOPAL DE LA DIÓCESIS DE CUENCA.

Capilla del Obispo. Catedral de Cuenca
Navegando en la hemeroteca del año 1922, he hallado y he quedado, gratamente sorprendido, al encontrar el artículo sobre la llegada del prelado a la ciudad. Está sacada del periódico “La Razón” y que paso a trascribir para disfrute y conocimiento del acontecimiento y para saber algo más sobre nuestro Obispo Cruz Laplana Laguna, que sustituyó a Wenceslado Sangüesa y Guía, disponiendo de su propia capilla en la Catedral de “Santa María” de Cuenca.
El 30 de noviembre de 1921, la Santa Sede le nombra obispo de Cuenca. La consagración tuvo lugar en la Basílica del Pilar de Zaragoza el 26 de marzo de 1922 por el Cardenal Juan Soldevilla y Romero, tomando posesión de su diócesis el 10 de abril de  1922.
Así expone el periódico “La Razón” de 10 de abril de 1922 la toma de posesión del Obispo: “Por fin se ha visto calmada la ansiedad de los conquenses por conocer a su Obispo, ansiedad justificada en extremo aunque sólo tengamos en cuenta los grandes elogios que de la virtud, talento, bondad de carácter y sencillez de costumbres del Dr. Laplana nos habían traído la prensa, el telégrafo, las cartas particulares y los comisionados del Cabildo, Ayuntamiento y Diputación que a su consagración acudieron.
Foto del Prelado en la edición del La Razón 
El sábado y el tren correo que llega a esta capital a las cuatro de la tarde llegó a Cuenca, siendo recibido en la estación a los acordes de la marcha de infantes por las representaciones de todas las colectividades: Gobernador civil, Ayuntamiento, Diputación, Instituto, Escuelas Normales, Cabildo, Clero parroquial, Delegación de Hacienda, ingenieros de Obras Públicas, comisiones de los Cuerpo de Correos y Telégrafos, Órdenes religiosas, ingenieros de Montes y mil más que mezcladas entre un gentío enorme hicieron objeto de una ovación cariñosa al Prelado desde el momento en que entró el tren en agujas hasta que fue recibido en la sala que en la misma estación tenían dispuesta para hacer las presentaciones de rúbrica.
Allí tuvimos la ocasión de saludar a Su Ilustrísima así como a todas las personas que habían formado su acompañamiento durante el viaje y que, salvando omisiones involuntarias, eran el diputado a Cortes D. Joaquín Fanjul, el señor Piniés, hermano del ministro de la Gobernación que por obligaciones de su cargo se vio imposibilitado para asistir, familiares del señor Obispo, subdirector del Banco Zaragozano, penitenciario de esta Catedral, Sr. Olmo presidente de la Diputación D. José María Arribas, diputado a Cortes por Cañete, los señores jefes de Obras Públicas y Montes, el señor gobernador militar de esta plaza, D. Manuel “Bisier” y Julio León.
Todos ellos se mostraron satisfechísimos del entusiasmo inenarrable manifestado por los pueblos en masa en todas las estaciones del tránsito correspondientes a la diócesis conquense pero haciendo sobre todo grandes elogios del recibimiento dispensado por los pueblos Sta. Cruz de la Zarza, Tarancón, Huete y Chillarón.
Terminadas las presentaciones de todos los comisionados de la capital se puso en marcha la comitiva para hacer la entrada solemne en la ciudad. Por expreso deseo del Prelado se hizo ésta a pie abriendo marcha una sección de Guardia Civil a caballo; a continuación iba el Sr. Obispo que llevaba a ambos lados a los señores Gobernador Civil y Alcalde de Cuenca y detrás la muchedumbre de comisiones seguida de un numeroso gentío.
El paso de la comitiva por las calles de D. Mariano Catalina, Calderón de la Barca, Puente de la Trinidad, Subida del Instituto, Andrés de Cabrera y Alfonso VIII fue saludado con prolongadas aclaraciones que unidas al aspecto hermosísimo de las mismas, engalanadas con vistosas colgaduras y con los arcos triunfales construidos por la Empresa del Salto de Villalba, Sucursal del Banco Zaragozano, Cámara de Comercio, Centro de Acción Católica de San Julián. P. Socorro y Ayuntamiento constituyeron el recibimiento más clamoroso y entusiasta que en Cuenca se recuerda.
Gran número de coches, cedidos espontáneamente por sus dueños seguían la comitiva.
Cuando ésta llegó al Ayuntamiento, fue recibido el Ilmo. Señor Obispo por la Corporación en pleno y el Cabildo revestido y acompañado al Salón de actos, vistiendo el manto de larga cola dirigiéndose inmediatamente a la Catedral, cuya entrada estaba artísticamente adornada con los ricos tapices pertenecientes a la misma.
Antes de entrar en la iglesia y en la misma puerta, donde lo mismo que en el salón del Ayuntamiento se había dispuesto un pequeño altar, vestido el Prelado de Pontifica, oró brevemente en la Capilla de la Virgen del Sagrario y en la tumba de su antecesor doctor Sangüesa y entonándose después el solemne Te-Deum y Salve. Dirigió luego salutación a los fieles sin que apenas pudiera oírse por el murmullo que producía la muchedumbre que llenaba totalmente las naves de la iglesia.
Últimamente las comisiones representativas de las colectividades conquenses fueron obsequiadas en la Sala Capitular con un espléndido lunch.
Sea bienvenido a nuestra tierra el Iltmo. Sr. D. Cruz Laplana y quiera el Cielo concederle todo el acierto y muchos años de satisfacciones y venturas.” (Equis)
Su triunfal entrada y toma de posesión del Prelado contrasta con su muerte.
Tras el fracaso de golpe de estado de julio de 1936, Cuenca fue fiel al gobierno republicado por obra del teniente coronel Francisco García de Ángela. A los pocos días de la llegada de las milicias anarquistas mandadas por Cipriano Mera, empiezan a producirse desmanes en la ciudad. En la tarde de 20 de julio hizo explosión una bomba en la puerta del Palacio Episcopal. El 28 de julio el obispo es obligado a dejar su residencia acompañado de su mayordomo Manuel Laplana y su familiar, Fernando Español. Bajo custodia es conducido al Seminario que era utilizado como cárcel. El 7 de agosto de 1936 es fusilado. Fue beatificado, junto con otros 497 mártires, el 28 de octubre de 2007.

Cuenca, 5 de diciembre de 2013
José María Rodríguez González

domingo, 1 de diciembre de 2013

El Adviento en la Catedral Conquense


El SOL ANUNCIA EN LA CATEDRAL LA LLEGADA DEL ADVIENTO, PRIMER PERÍODO DEL AÑO LITURGICO CRISTIANO.


Un año más y fiel  a su cita, el sol ha llegado al medallón de la Anunciación de la reja de la capilla de los Caballeros de la Catedral conquense.
Momento sublime y espectacular. Siempre escéptico de que pueda suceder y siempre sorprendido con la regularidad de un reloj suizo viene a acontecer el milagro de la llegada del sol, coincidiendo con el primer domingo de Adviento. Hoy en el inicio de la misa dominical, D. Miguel Ángel Albares nos recordaba con el encendido del primer cirio que iniciamos los cristianos el Adviento. Este periodo del año litúrgico, consiste en un tiempo de preparación para el nacimiento de Cristo. Su duración es de 21 a 29 días, dado que se celebran los cuatro domingos próximos a la festividad de la Navidad.

La capilla de los Caballeros, fue fundada en el siglo XIII por D. García Álvarez de Albornoz y su esposa Dña. Teresa de Luna, padres del Cardenal Gil de Albornoz. La reja del siglo XVI, es de estilo plateresco, realizada por el herrero Esteban Limosín, en el año 1526. Sobre la puerta de la reja de la derecha luce un enorme medallón con la escena de la Anunciación. A las 12:30 horas, el sol se ha vuelto a centrar, un año más, sobre ella como presagio de la inevitable venida de Cristo a la Tierra, marcando el momento de la anunciación a María que iba a ser madre del Salvador.
El efecto será visible hasta mitad de semana aproximadamente a la misma hora que hoy.

Cuenca, 1 de diciembre de 2013
José María Rodríguez González