viernes, 7 de febrero de 2014

Una gárgola, un puente y un obispo.

UNA GÁRGOLA, UN PUENTE Y UN OBISPO

La noticia saltó a los medios el martes, día 4 de febrero, una gárgola se había desprendido cayendo sobre los escalones de acceso a la Catedral en su parte derecha.

Gárgola Catedral de Cuenca
La fachada que ahora disfrutamos es obra de Vicente Lampérez, después del hundimiento de la torre del Giraldo el 13 de abril de 1902. Siendo obispo de la diócesis Don Wenceslao Sangüesa y Guía, a él correspondió correr con los trámites para reconstruir la fachada.
El Gobierno de España declaró Monumento Nacional a la Catedral de Cuenca, por la Real Orden del 23 de agosto de 1902, previo informe de la Academia de Historia de Bellas Artes de San Fernando, siendo uno de los redactores del informe D. Leopoldo Pedreira Taibo, Catedrático de Historia del Instituto Nacional de Segunda Enseñanza de Cuenca. Siete años después de la catástrofe, el 9 de abril de 1909, el Ministro de Instrucción Pública, D. Faustino Rodríguez, comunicó al Obispo Wenceslao, que el Consejo de Ministros aprobaba el proyecto de obras de restauración de la Catedral con un presupuesto de 858.976,28 pesetas.
Puente San Pablo de Cuenca
Otra de las obras que le tocó resolver al Obispo Wenceslao Sangüesa fue el puente de San Pablo. El puente fue patrocinado por el canónigo D. Juan del Pozo en 1534. Su construcción duró hasta el año 1589, 55 años. En su construcción intervinieron los maestros de obras: Francisco de Luna, Andrés de Valdelvira, Juan Gutiérrez de la Hoceja, Juan de Palacios, Hernando de Palacios y Juan de Meril, ninguno supo dar un resultado optimo a la obra, ya que los pilares se iban hundiendo progresivamente con el tiempo.

Obispo Wenceslao Sangüesa
El puente se componía de cinco arcos. El 7 de mayo de 1786, día de la Ascensión, el primer tramo se resquebrajó y el segundo arco quedó afectado. El arquitecto que se encargo de la reparación fue D. Mateo López. Reparados los problemas, duró hasta principios del siglo XIX. En 1895 se desplomó otro arco y se aconsejo su demolición total. El Obispado de Cuenca, estaba dispuesto a correr con la mitad de los gastos de su reparación, pero desoyendo la propuesta, el Ayuntamiento optó por su demolición con explosivos (barrenos de dinamita) en abril de 1902.
El Obispo Wenceslao Sangüesa y el Seminario de San Julián afrontaron económicamente la construcción del nuevo puente en 1903. Este hecho queda fijado en las placas circulares instaladas en el centro del puente, con la leyenda “D.D. WENCESLAUS SANGÜESA E.T. GUIA DEI S.S. APOSTOLICAE GRATIA” y enfrente en el lado contrario: “SIGILLUM SEMINARII CONCILIARIS CONCHESIS”. Estas placas honoríficas confirman y agradecen su labor al Obispo Wenceslao. 
Don Wenceslao Sangüesa y Guía, murió un miércoles 11 de febrero de 1922, Ocupando la sede del Obispado Conquense desde 1900 hasta 1922. Este 11 de febrero  hace 92 años de su muerte.

Por todo lo expuesto creo que es merecedor de que se conozca quien fue tal ilustre benefactor de esta ciudad de Cuenca.
Cuenta el periódico “El Mundo” de 13 de febrero de 1922 que la noche del miércoles 11 y tras una penosa enfermedad, falleció en esta catedral el Sr. D. Wenceslao Sangüesa y Guía, Obispo de esta Diócesis. El cuerpo inanimado del difunto revestido de los ornamentos pontificales, fue expuesto al público durante todo el día y noche del jueves, siendo visitado y venerado por multitud de personas; al entierro verificado el viernes asistió todo el elemento oficial así como también una multitud de todas las clases sociales del vecindario; el cadáver fue enterrado en la capilla de la Virgen del Pilar, cumpliéndose así la voluntad del querido  Prelado.

Datos biográficos: Nació el Excmo. Sr. Sangüesa y Guía el año 1840 en Madrid; cursó en la Universidad Central con lisonjero aprovechamiento las facultades de Sagrada Teología y Derecho Civil y Canónico, recibiendo en la primera premio extraordinario de Doctor, y en la segunda el de Licenciado con la brillante calificación de sobresaliente.
Ordenado de Presbítero el 24 de septiembre de 1881 fue nombrado Rector de la parroquia del Real Sitio de San Lorenzo de El Escorial, cargo que desempeño con gran celo durante varios años hasta que fue trasladado para regir la parroquia de Madrid.
En 1882 fue favorecido por el Gobierno de Su Majestad con una Camargo en la S.I. Catedral Primada de Toledo, donde debido a sus exquisitas dotes, desempeñó cargos tan importantes como los de Gobernador Eclesiástico, Comisario general de la Santa Cruzada y otros. En 1889 ascendió a la Dignidad de Tesorero y en 1897 fue nombrado Deán de la misma Santa Iglesia Primada.
En 19 de abril de 1900 previa la presentación a la Santa Sede por el Gobernador de Su Majestad, que conocía perfectamente los méritos y altas dotes del Sr. Sangüesa, fue preconizado por el Papa León XIII Obispo de esta diócesis, de la que tomó posesión el 20 de agosto del mismo año, haciendo días después su solemne entrada en Cuenca donde se le recibió con gran entusiasmo.

Desde los primeros momentos supo granjearse las simpatías, el respeto, veneración y cariño de sus diocesanos con su bondad extraordinaria que cautivaba a cuantos a él se acercaban, y su liso y trato llano de padre, no exento de distinción. El Ayuntamiento de Cuenca lo declaró hijo adoptivo de la ciudad el 13 de octubre de 1993, se le concedió la Suprema de la Cruz Roja Española y el 22 de marzo de 1997 fue nombrado por el Gobierno Caballero de la Gran Cruz de la Real y distinguida Orden de Isabel la católica. En la legislatura de 1990 representó en el Senado a la provincia eclesiástica de Toledo.
ENTIERRO DEL SR. OBISPO: A las diez de la mañana del viernes último, se dirigió la comitiva, que se había organizado en la Catedral, al Palacio episcopal, saliendo poco después con el cadáver del Prelado, Excmo. Sr. Wenceslao Sangüesa y Guía, llevado en hombros por seis sacerdotes, y conducido por la Plaza Mayor regresando a la Catedral, donde se celebró la misa de corpore insepulto, ejecutando la capilla de Música la misa de Nadal (con la solemnidad del día de Navidad), y al fin de la ceremonia el responso “Libera me, de Perosi”, siendo inhumado el cadáver en la capilla de la Virgen del Pilar, cumpliéndose así la voluntad de nuestro amadísimo Prelado.

Ofició el Ilmo. Sr. Deán D. Eusebio H. Zazo, presidiendo el duelo los Sres. Provisor y Vicario general, los sobrinos del finado D. Diego y D. Antonio Márquez Meler, el Excmo. Ayuntamiento, Gobernador militar, Presidente de la Diputación, Presidente de la Audiencia, ingenieros Jefes de Obras públicas y Montes, Juez de Instrucción, Jefes de Correos y telégrafos, Director del Instituto y de las Escuelas Normales y los Sres. D. Arturo Ballesteros, Senador y nuestro Director y Diputado a Cortes D. Joaquín Fanjul, que con los Sres. D. Paulino Corrales, Párroco de San Marcos; D. Joaquín Berrocal, Sacristán de la Real Capilla; D. Francisco Álvarez, Rector de los Naturales y D. julio Camargo, Coadjutor de los Dolores, han venido en representación de la Corte con el fin de acompañar al difunto hasta su última morada, testimoniando así el afecto que le tuvieron en vida.
Al fúnebre acto asistieron millares de personas de todas las clases sociales, recordando a los señores D. Eduardo Taulet, D. Aureliano y D. Pedro de Orbe, D. Jesús Cano, D. Antonio Benítez, D. Manuel Bisier, D. José maría Sánchez Vera, D. Luciano Suárez Valdés, D. Sebastián Carrión, D. José Brieba, D. Antonio Llansó, D. Luis Cavanna, D. Emilio Moya, D. Juan M. Romero, D. Eduardo Moreno, D. Julio González Dichoso, D. Manuel Caballer, D. Antonio Rodríguez, D. Elicio González, D. Baltasar Guiata, D. Lorenzo redondo, D. Gregorio Niño, D. Ángel Blasco y D. Luis M. Kteiser.

Descanse en paz Prelado tan querido de todos sus diocesanos.
José María Rodríguez González
7 de febrero de 2014

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