domingo, 2 de noviembre de 2014

Conservemos nuestras tradiciones. El día de Todos los Santos


 La festividad de Todos los Santos

Al llegar estas fechas en Cuenca, como en muchas otras ciudades españolas, se visitan los cementerios y tumbas de nuestros antepasados.

Cementerio de Cuenca
Como es menester ayer con mi hermana hicimos la visita reglamentaria al cementerio de nuestra localidad, para llevar flores a mis padres, en especial a mi madre recientemente fallecida, eso nos llevó a visitar las tumbas de mis abuelos y de mi tía, comprobando que en en la inscripción de mi abuelo por parte paterna está mal el año de su fallecimiento, esa fecha difícilmente olvidable, al coincidir con el año de mi nacimiento y al haber fallecido tres días antes, heredé su nombre.

Este día no es sólo para lamentaciones y recuerdos de los seres queridos que ya no están con nosotros, también es un día de celebrar la vida. Ellos nos han precedido abriéndonos caminos hacia el Cielo.
Tumba con flores

Pero ¿Por qué esta celebración? A principios del siglo IV fue instituido por la Iglesia Católica a raíz de las persecuciones de Diocleciano. Estas persecuciones ocasionaron cientos de mártires y la Iglesia Católica acordó el señalar un día especial para el recuerdo de estos primeros cristianos que dieron su vida por sus creencias religiosas, tomando el día como la festividad de “Todos los Santos”. Fue el Papa Gregorio III (731-741) quien consagrando una capilla en la Basílica de San Pedro, en Roma, a todos los Santos fijó el aniversario para el uno de noviembre y luego el Papa Gregorio IV (827-844) extendió la celebración del uno de noviembre a toda la Iglesia.

Era tradición en mi casa, dejar encendida una vela de aceite toda la noche en recuerdo de los difuntos de la familia para que guíen sus almas.

La celebración de “Halloween” que está entrando en nuestra sociedad actual, es exportada de otros países, tiene un origen pagano, asociado originalmente a las sociedades agrarias que celebraban la llegada de las distintas estaciones, su origen es celta, proviene de una festividad conocida por “Samhain” que deriva del irlandés antiguo que significa “Fin del verano”. En el Samhain se celebraba el final de la temporada de las cosechas y era considerada como el año nuevo celta, que comenzaba con la estación oscura, el invierno. Ellos creían que la línea que une este mundo con el otro se estrechaba con la llegada del Samhain permitiendo a los espíritus pasar de un mundo al otro.
Buñuelos

Como es menester en estas fechas tenemos confituras típicas como son los huesos de santo, realizados con mazapán, dulces que reciben el nombre por el color que poseen no por que tengas forma de huesos. También están los buñuelos de viento, que esta elaborados con masa parecida a los churros y rellenos de crema, nata o chocolate. Se cree que fue el cocinero del rey Felipe II el artífice de tal dulce, al hacer referencia a una receta del siglo XVII. Afirmaba  mi abuelo Sabino, sobre los buñuelos de vientos típicos en estas fechas, que por cada buñuelo que te comes sacas a un alma del purgatorio. ¡Así que a comer buñuelos!

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