martes, 30 de diciembre de 2014

San Silvestre y la carrera del pavo en Cuenca


 La San Silvestre, una carrera con nombre de Santo

En la actualidad, con el nombre de San Silvestre se conocen las distintas carreras atléticas de carácter popular que se organizan anualmente el 31 de diciembre. La primera carrera de San Silvestre internacional se celebró en São Paulo (Brasil) en el año 1925, iniciándose a las 23:30 horas del 31 de diciembre, a iniciativa del periodista Cásper Líbero del diario “A Gazeta” organizada a imitación de la celebrada en París en la noche de año nuevo en la que los participantes portaban antorchas. Hoy en día sigue siendo considerada la más popular internacionalmente hablando. Esta tradición se fue popularizando mundialmente como la de Oporto (Portugal), la “Boclassic” de Bolzano (Italia) y la de Guatemala que se viene celebrando desde 1957 en la que se premia al mejor disfraz. En España se celebran casi en todas las provincias, la primera se celebró en Galdácano (Vizcaya) en el año 1961, en Madrid se viene celebrando la de Vallecas desde el año 1964 y en Cuenca la conocemos con el nombre de la carrera del Pavo, este año hacemos la trigésima primera edición.

¿Pero quién fue San Silvestre?
San Silvestre. Papa

San Silvestre nació en Roma, en el seno de una de las familias más nobles y caritativas, siendo educado en el amor y las virtudes cristianas. Fue admitido a los treinta años en el clero y el Papa San Marcelino le ordenó sacerdote y el 31 de enero del año 314 es nombrado Papa, siendo el Papa nº 33 de la Curia Romana. Sucedió como Obispo de Roma a San Malquíades.

Él fue quien bautizó al más grande Emperador de los siglos, a Constantino el Grande, después de haber conseguido limpiarle de la lepra del cuerpo y de la lepra del alma, consiguiendo de él que anulara todos los edictos de los emperadores anteriores contra los cristianos y estableciendo la libertad de la Iglesia Católica. También mandó demoler todos los templos de los ídolos y después de su bautismo Constantino tenía a San Silvestre como alma de todas sus gloriosas hazañas. Movió Silvestre al Emperador a que edificaran las magníficas Iglesias Apostólicas San Pedro y San Pablo, enriqueciéndolas con ricos ornamentos y rentas suficientes para la manutención del clero.

Bautismo de Constantino por San Silvestre
Promovió San Silvestre muchos concilios con la ayuda de Constantino, siendo el principal de ellos el que se celebró en Nicea en el año 325, con la participación de 318 Obispos, siendo presidido por el Obispo de Córdoba, Osio, que condenó el arrianismo y proclamó el Credo que actualmente reza la Iglesia Católica.

Este Papa es conocido por ser el primer Papa que no murió mártir, el 31 de diciembre del año 335, siendo enterrado en la Vía Salaria, en el cementerio de Priscila, a una legua de Roma donde más tarde se levantó una iglesia a él consagrada.

A la carrera popular se le otorgó el nombre de “San Silvestre” al ser el día 31 de diciembre, último día del año, su festividad.

Cuenca, 31 de diciembre de 2014

José María Rodríguez González. Profesor e investigador histórico.

sábado, 27 de diciembre de 2014

Una Cuenca con privilegios otorgados y confirmados por reyes a lo largo de su historia


Hoy hace 678 años que el rey Alfonso XI confirmaba varios de los privilegios otorgados a Cuenca por Alfonso VIII. Ese día fue viernes, 27 de diciembre de 1336.

Finalizando el año en el que hemos conmemorado el octavo centenario de la muerte de Alfonso VIII, traigo a estas páginas hechos del pasado que hicieron de Cuenca una población segura y querida por sus habitantes al regir el Fuero que fue establecido por su rey Alfonso VIII. Un día como hoy, el 27 de diciembre de 1336, confirmaba el rey Alfonso XI varios de los privilegios otorgados a Cuenca por el rey Alfonso VIII, entre ellos el de la resolución de las querellas entre sus vecinos. El Fuero de Cuenca en sus primeros capítulos determina las relaciones de la vida civil de los vecinos de Cuenca y su Tierra, con la distinción propia de su época, en algunos casos, de la religión. En los casos generales y para muchos efectos, como el de la garantía de la seguridad personal, la no obligación de responder por deuda, fianza, herencia u otra causa anterior de la conquista, “haga iguales a cristianos, moros y judíos, que la poblaran o quisieran venir a poblarla”.

Hoy citaré las normas que se seguían cuando se trataba de pleitos entre judíos y cristianos que se determinaban en las treinta y tres leyes del capítulo 29º del Fuero.

Poseído Alfonso VIII del deseo de una rápida población de Cuenca, todo el capítulo está animado del mismo espíritu de casi igualdad de judíos y cristianos. En efecto, para que fuera válida la sentencia en un pleito, entre litigantes de una y otra religión, debían elegir dos alcaldes vecinos, uno de cada una, que estudiaran y fallaran el asunto y cuya apelación, caso de no conformidad, era ante cuatro alcaldes vecinos, dos cristianos y dos judíos, cuya sentencia era inapelable.

Si el querellado era convicto de la demanda, el juez o el albedí  (1*) lo enviaba a caución de un correligionario, lo mismo que al querellante que resultaba condenado, al que hubiera litigado sin prendas, en cuyo caso iba a la cárcel del Rey.

Prueba al respeto a las creencias del judío, se tiene en que exigiéndose juramento en las declaraciones, que era sólo de palabra cuando la cuantía de lo litigado no llegaba a cuatro mencales (dos y medio maravedíes); a partir de esta suma, los cristianos debían jurar sobre la Cruz y los judíos sobre la Tora (2*) o Ley de Moisés, siendo para uno y otro, signo de desestimación el no acudir a la citación o no prestar el juramento y si el judío o el cristiano no querían jurar perdían el pleito.

Eran las mismas las obligaciones de los fiadores de cristianos y judíos; lo mismo los plazos para las distintas pruebas y vencimientos, si  a los últimos no se les computaban los días de sábado o de ceremonias especiales, los cristianos tenían como feriados, salvo para algunos casos especiales, los domingos por la reverencia a Dios, los martes por el fuero del mercado y además, la Natividad, Circuncisión, Aparición, Quincuagésima y sus octavas; el día de San Juan, el de San Miguel y la Asunción, teniendo además como horas inhábiles las siguientes a la cena de los días de ayuno, las anteriores a la misa de maitines y las siguientes a vísperas, además de todo el tiempo comprendido desde San Pedro al último viernes de agosto y la de vendimias desde San Miguel a Todos los Santos.

Una de las dos casi únicas particularidades que se anotan en el Fuero como diferencia de trato para con los partidarios de una y otra religión, es que los judíos estaban obligados a la devolución de la prenda que tuvieran de sus deudores cristianos cuando éstos les mostraran el dinero para el pago del débito, perdiendo el derecho a cobrar interés por demora en hacerlo efectivo sí no la devolviera. Otra diferencia consistía en que las penas pecuniarias que se impusieran por calumnias de judío, no eran para su juez, ni para otro judío cualquiera, sino para la cámara real, por considerar a los judíos como pertenencia del Rey, a él correspondían las caloñas.

Cuenca 27 de diciembre de 2014

José María Rodríguez González. Profesor e investigador histórico.

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(1*) Albedí – Juez judío. Dignatario de cancillería que puede traducirse con el nombre de “decisor jurídico”. Palabra frecuente en los documentos relativos a los judíos.

(2*) “Athora” y sus variantes: “Athora, Thora, Tora” significa “la Ley de Moisés”. Como aparece en relación con Cruz, cabe pensar en su representación concreta; es decir “Libro de la Ley”.

Fuente: FUERO DE CUENCA. Editorial Torno. Año 1978

lunes, 22 de diciembre de 2014

Navidad en Cuenca

Nace una nueva Navidad
Me gusta madrugar, comprar los periódicos y el pan con los primero rayos de Sol. Hoy pequeños resplandores rasgan las tinieblas de la noche que cesa. Comienza la alborada de la mañana, poco a poco se va distinguiendo el matiz plomizo de las calles y se van ajustando los colores que envuelven la ciudad. Hay días que subo con el coche al puerto de la Tórdiga por el gusto de ver iniciar el ascenso del astro-rey, saludando el día que comienza.

Carretería
Hoy, 23 de diciembre, son las 8:32 horas y comienza  a amanecer. Mi mente corre veloz por los recuerdos del pasado de mi niñez cuando lejos de Cuenca soñaba con la tierra amada, donde mis ojos vieron la luz del día por primera vez. Todo lo que contemplo a mí alrededor de esta Cuenca, brota en mi imaginación como fuente de manantial, recuerdos imborrables de sus calles, de sus plazas, de sus paseos, de sus edificios, de las aguas murmuradoras de sus ríos y de las solitarias mansiones del Casco Antiguo que duermen el sueño de la eternidad. Voy andando hacia Carretería y dos airosas jóvenes taconean sobre la acera vestida de fiesta, ansiosas de llegar pronto a sus casas después de una noche fiestera. Veo gente por distintas calles con las manos metidas en los bolsillos y embozados en sus bufandas, caminan ligeros en todas direcciones. Me paro en el Kiosco para comprar el periódico y leo entre líneas la situación absurda de una sociedad enfermiza y me pregunto: “Si la paz es fuente de trabajo; si el trabajo dignifica y labra la prosperidad de los pueblos, ¿Cómo es posible que los hombre se despedacen unos a otros, se destruyan, se aniquilen y se enriquezcan a costa del pobre, del necesitado, del pueblo en general sin ningún escrúpulo?

Hace frío, la helada mañana llega punzante, sintiendo sus agujas hirientes en mis huesos a través de mi gabán. Un pobre hombre, de los que no tienen más hogar que la entrada a un banco, me extiende la mano implorante en demanda de una limosna que doy animosamente; su rostro esta surcado por más de mil arrugas y su olor es nauseabundo por falta de cuidados higiénicos. Mientras tanto la luz del día lo irrumpe todo, la ciudad ha despertado, sus gentes  invaden el espacio caminando con prisas. Volviendo para casa me encuentro a un amigo que cogiéndome por las solapas del gabán me dice: ¿Sabes lo que ocurre? ¿Qué? – le pregunto. Nada. Sólo es Navidad. ¡Feliz Navidad!     

 

José María Rodríguez González. Profesor e investigador histórico

martes, 16 de diciembre de 2014

El Gordo de Navidad cae en Cuenca en los años 1947, 1953 y 1990


Cuenca y la lotería a través del tiempo

Una serie completa del primer premio se repartió entre nuestros paisanos conquenses en el 1953. El número premiado fue 9.773. Don José Parra fue el vendedor de la lotería, el más antiguo dueño de la Administración de Lotería de Cuenca en esos años. En 1947 también dio otro primer premio, con el número 84.840, y en el año 1990 el Gordo de Navidad volvió a caer en Cuenca con sus doscientos cincuenta millones por serie, en el  número 32.522.
 
Sorteo de los años 60
En España, oficialmente fue creada durante el reinado de Carlos III. Se viene celebrando el día 22 de diciembre. Los inicios de este juego se remontan al año 1276, en que publicó el rey Don Alfonso X el “Ordenamiento de las Tafurerías” en él se dice: “De los que juegaren fechos con otros peños, e el que tiene los dineros, si ganare los peños, como han de facer” (1*). Teniendo que cerrarse un año después en vista de las riñas y escándalos que daba lugar.

Realmente la lotería fue creada el 30 de septiembre de 1763 por el Rey Carlos III. El monarca, constituía en hipoteca su real hacienda, destinándose las ganancias a hospicios y hospitales. Cada jugador, podía jugar la cantidad que se le antojase, pues entonces se empleaba el sistema italiano.  El pago de premios se hacía en reales de vellón y maravedís.

La primera extracción se hizo en Madrid el 10 de diciembre de 1763 a tipo de ensayo. En seis meses, el rendimiento alcanzó la cifra de 575.476 pesetas.

En 1808, percibían de la renta: 50.000 pesetas el hospital; 25.000 la inclusa; más de 26.000 el Montepío del ramo; 7.500 las Arrepentidas de Santa María Magdalena y otras personas necesitadas.

Los sorteos ordinarios eran uno por mes, y las dos extraordinarias se realizaban en los meses de enero y julio. Al terminar cada extracción se celebraba después otro sorteo de 2.500 reales de vellón en favor de las huérfanas de patriotas de la guerra contra los franceses.

En el año 1946 la Lotería marca un hito en la recaudación, superando la cifra de mil millones de pesetas y el sorteo de Navidad, bate todas las marcas por la venta total de la Comisión señalada con cuatro series de 50.000 billetes cada una, es decir, 200.000 billetes que a 2.000 pesetas representan la exorbitada cantidad de 400.000.000 de pesetas.

La ilusión nace en estas fechas teniendo un décimo en el bolsillo esperando ser agraciado y tocado por la diosa fortuna. Esta Institución de quimeras ambiciones alimenta la ilusión y nos permite sonreír y soñar con los mundos de la fantasía y con un futuro feliz. No nos quepa duda que la realidad de la fortuna hará su presencia en algunos hogares convirtiendo el sueño en realidad mientras que otros conservarán el optimismo esperando que la venia del nuevo año les de nuevas oportunidades.  

Cuenca, 17 de diciembre de 2014

José María Rodríguez González. Profesor e Investigador histórico

 

 (*) Opúsculos Legales del Rey Don Alfonso El Sabio publicados y cotejados con varios códices antiguos por La Real Academia de la Historia. El Fuero Real, Las Leyes de los Adelantados Mayores, Las Nuevas y el Ordenamiento de las Tafurerías; y por apéndice Las Leyes del Estilo, Tomo II, Madrid, Imprenta Real, 1836, p.222.

martes, 9 de diciembre de 2014

Piedra y hierro para un puente emblematico


Dos estructuras para un mismo puente. El Puente de San Pablo de Cuenca

Nadie que viene a Cuenca, en plan turístico, deja de pasar por el emblemático puente de San Pablo. Mucho se habla de él y hoy quiero puntualizar sobre matices que se desconocen.

El martes, 17 de diciembre de 1538 el concejo de Cuenca concedía 700 pinos para las obras de construcción del puente. Si tomamos referencias de los antiguos escritores, vemos que el Dr. D. Trifon Muñoz y Soliva, en el segundo tomo de su publicación “Historia de Cuenca” habla que en tiempos del Emperador Carlos I, sobre el río Huécar se construye el puente a expensas del Canónigo D. Juan del Pozo. Pues bien, existe documentación que acredita que no fue su construcción sólo a expensas de D. Juan del Pozo; como decía, en diciembre de 1538 el Concejo de Cuenca concedía 700 pinos para las obras y dos años después se vuelve a repetir, en 1560 queda probado que el Concejo ayudó a su construcción con partidas de madera y en enero de 1570 aprueba el gasto de 503.000 maravedíes para el adobo del puente.

Puente de San Pablo en piedra y vista de la Hoz del Huécar
El costo del puente fue de 68.000 ducados, se inició su construcción en el año 1534  y se terminó en el año 1589, por lo que no pudo verlo terminado D. Juan del Pozo al morir en el año 1559.

Doscientos años disfrutaron los moradores del Convento de la comunicación con la ciudad a través del puente. Según el archivo municipal se hacen intervenciones de reparación y mantenimiento en los años 1786, 1796, 1800, 1803 y 1817; en el primero se derrumbó parte del primer pilar y del segundo arco y en 1800 se acordó cerrarlo al tránsito, ateniéndose al informe del arquitecto D. Mateo López: “el puente se haya todo quebrantado y expuesto a una total ruina”, aun así en 1888 aguantó una envestida que sufrió al desprenderse unas rocas en las que se asienta la Catedral y que originó destrozos en el primer arco.


Puente de San Pablo con estructura de hierro
El puente estuvo cimbrado con una estructura auxiliar para sostener provisionalmente el peso de los arcos dañados hasta 1895, visto que no se ponía remedio al problema y que su deterioro se acrecentaba con el paso del tiempo se vino abajo uno de los arcos cimbrados y tras el parte de obra se determinó volar el resto con dinamita, desapareciendo así el viaducto realizado por Juan Gutiérrez de la Vega.


Medallón del Obispo Wenceslao
El actual fue costeado por el Obispo Wenceslao Sangüesa y el Seminario Conciliar de Cuenca como acredita las placas conmemorativas que hay en el centro del puente, el Ayuntamiento, en esta ocasión no participó. Según se cuenta hubo un incidente en su construcción, pues montándose los elementos de los que se compone desde la ladera de San Pablo, se iban corriendo hacia la Catedral y cuando ya descansaban en las pilas y estaba a punto de cruzarse todos los vanos, un vendaval lo sacó de sus apoyos y al caer por su peso, se destrozaron las pletinas de hierro que lo constituía en su extremo, tras un acuerdo con la contrata se terminó el puente. De estos acuerdos proviene la diversidad de perfiles de hierro más finos que se observa en el tramo final que une el puente con la subida a las Casas Colgadas, no quedando uniforme el tipo de pletina de hierro en todo el puente.

Cuenca, 16 diciembre de 2014

José María Rodríguez González. Profesor e investigador histórico



lunes, 8 de diciembre de 2014

¡¡Y se montó el Belén!!


¡¡Y se montó el Belén!!

Hemos de agradecer a la Excma. Diputación de Cuenca el que un año más, nos deleite con el maravilloso belén montado por la Asociación Belenista de Cuenca. Por suerte no se ha perdido esta tradición y en muchos hogares se sigue montando los belenes.   
Belén Napolitano de la Diputación de Cuenca

Otro de los belenes populares y enraizados en la sociedad conquense es el belén del jardinillo de la Plaza de la Hispanidad. Se empezó a montar a finales de los años 40 y principios de los 50 ininterrumpidamente hasta nuestros días  pero hemos de saber que Cuenca es un Belén, una ciudad de apariencia bíblica que reproducen los belenistas en sus obras encantadas como el de las Flores las Camelias. Cuenca es un permanente villancico que cantan a diario las aguas de sus ríos y el aire al filtrarse por sus nobles piedras.

En estos días, Cuenca entera se convierte en un belén viviente como el de La Vega del Codorno, que desde 1967 viene celebrando la representación del nacimiento de Jesús y que está declarado de Interés Turístico Regional desde el 5 de diciembre de 2012. Fue San Francisco de Asís quien hiciera por primera vez el belén viviente, la noche del 24 de diciembre de 1223 en la cueva de Greccio (Italia) germen escenográfico de los orígenes de los belenes, solicitando su realización al Papa Honorio III, siendo el punto de partida de la tradición Navideña. 
Cuenca, belén permanente

La realización de la escenificación del Nacimiento de Jesús no tardó en extenderse a todos los conventos de la Orden Franciscana quienes fueron los encargados de exportarlo al resto del mundo.

Respecto al montaje de los belenes con figuras, se cree que el primero se realizó en Nápoles (Italia) a finales del siglo XV, se efectuó con figura de barro y fue el Rey Carlos III quien introdujo los belenes en España, el primero que se montó fue en la corte madrileña.  

Esta costumbre arraigó pronto en el pueblo. En el siglo XVII los belenes pasaron de los templos a las casas particulares, tradición que ha llegado hasta nuestros días. Esperemos que las sucesivas generaciones sigan esta tradición que viene a ser lectura ilustrada de los Evangelios y que las familias lo trasmiten de padres a hijos enriqueciendo su conjunto con alguna nueva figura cada año, que viene a ser el juego inocente de los pequeños de la casa que viven y aprenden, en la visión y en el juego, los origines de nuestras costumbres.

 Si no ha montado aún su belén, ánimo y hágalo  ¡Feliz Navidad!

 José María Rodríguez González - Profesor e investigador histórico