miércoles, 25 de enero de 2017

La palma de la victoria de San Julián

Una rama de palmera como trofeo de Victoria

El ayuno hace puro el corazón y al cuerpo más sano y robusto”, así pensaba San Julián cuando se retiraba a la cueva de la montaña, paraje que  hoy lo conocemos con el nombre de “San Julián el Tranquilo”. Incansable personaje que quiso recorrer su diócesis, sabedor de que le quedaba poco Lesmes , dejaban las crestas de la Serranía y se internaban en las tierras de Molina, para luego descender, por los collados alcarreños, a las llanuras inmensurables de la Mancha. Seis meses llevaba el Prelado en su labor santificadora cuando decidió volver de nuevo a la ciudad de Cuenca, pasando por Alarcón, pasando por la ostentosa Velería, para dirigirse a las tierras de Huete e internándose en su altiva Sede después de haber dado la vuelta en redondo a todo el  Obispado. Siempre fue un problema para San Julián el cruzar las calles de la población, porque aquello no es un asedio, es un asalto a su sagrada persona al disputarse unos y otros la primacía por besar el anillo pastoral, para todos tenía una palabra edificante, una sonrisa paternal.
La Virgen entrega la palma a San Julián
(C) Foto: José María Rodríguez González
Catedral de Cuenca
tiempo en este mundo. Así una mañana de junio el sucesor de Don Juan Yáñez, acompañado de

Al mes del regreso del viaje apostólico por la diócesis, San Julián se siente mal. Recostado en el suelo, sobre lecho humilde, yace; el pulso late con vehemencia y el corazón siente el espoleo de la fiebre. Aún en este estado, conserva perfecta lucidez mental y ha pedido le administren los santos Sacramentos; después de oído en confesión, se ha revestido de los ornamentos pontificales para recibir la extremaunción y la Eucaristía. Recibido el Viático, se despoja de sus vestiduras episcopales, abandonando la cama y sobre el suelo alfombrado de ceniza descansa su cuerpo. San Julián a quedado en silencio. Un golpe de luz viva, ha llenado la estancia y en el rostro de San Julián van marcándose tintes de sorpresa. Sus pupilas miran absortas, embelesadas a una Mujer coronada de rosas y túnica de resplandores que desplazándose de un grupo de ángeles y vírgenes, viene hacia él con una palma. La mente del Santo se encuentra invadida por un alud de interrogantes, a que él no puede dar contestación; puesto de rodillas, la Mujer de guirnalda de rosas y manto de luz, hablándole con dulzura dejó en su mano una rama de palmera como trofeo de victoria, desapareciendo acto seguido. San Julián es devuelto a su lecho. En un 28 de enero de 1208 en medio de repiques de campanas, su alma subía al Cielo.

El sepulcro de San Julián permaneció cerrado desde el año 1208 hasta el año 1518, es decir 310 años. El viernes, 29 de enero de 1518 delante del comisionado creado para tal efecto se abrió la losa por los canteros sepulcrales Diego de Flandes, maestro entallador y Juan Vizcaíno, en unión del carpintero Alfonso de León en presencia de los señores: Don García de Villareal, chantre y canónigo; Don Juan de Ervías, Abad del Assey; Don Juan del Pozo, Canónigo; el Licenciado Carrascosa, Previsor; Alonso del Peso y otras autoridades eclesiásticas, más el Doctor Pedrosa que fue el cronista de esta manifestación. Separada la losa se contempló con admiración y asombro la maravillosa conservación del cuerpo de San Julián que parecía estar más bien dormido que muerto. Tenía a su lado la palma que le había dado la Santísima Virgen María cuando le visitó en su agonía, y que conservaba tan fresca y lozana como recién cortada del árbol. El Padre Alcázar, en la página 418 de la biografía que escribió del Santo, dice que la palma se quitó del lado del Santo Obispo y se repartió entre muchos. Veintinueve años después, Sebastián Chirino de Loaysa, el Viejo, confesó, bajo juramento, haber tenido en su poder un pedazo de aquélla, y que a su contacto, muchos alumbramientos desesperados se habían hecho fáciles y ventajosos, consiguiéndose la salvación de la madre y del hijo. Así se hace constar en el folio 135 de la información Apostólica de los milagros del Patrón de Cuenca.

Cuenca, 28 de enero de 2017
José María Rodríguez González. Profesor e investigador histórico
josemarogo@live.com


sábado, 21 de enero de 2017

El arte, testigo social de la fe


Desposorios de María y José

Muchos son los retablos que hay en la Catedral conquense donde se refleja la festividad de los desposorios de Nuestra Señora. Festividad del año litúrgico que se celebra el 23 de enero.

De singular belleza son las siete tablas del retablo plateresco de la capilla de San Roque o de los “Pozos”, con escenas de la vida de la Virgen. La sexta tabla refleja los Desposorios de María y José: Aparece en el centro el sacerdote, llevando a su derecha a la Virgen, y a su izquierda a San José, con la vara florecida. Se completa la escena con siete figuras más de personajes vestidos al estilo del siglo XV, y como fondo, un dosel, en el centro, por encima del sacerdote. El retablo se le atribuye a Gonzalo de Castro. Data de comienzos del siglo XVI, aproximadamente del año 1511.
Desposorios de María y José
Capilla de los Pozos
Catedral de Cuenca
Foto: José María Rodríguez González

¿Cómo era el casamiento entre los judíos? Los judíos celebraban las fiestas del casamiento después de los esponsales, cuando la novia iba pomposamente a la casa del novio. Ordinariamente sucedía esto por la noche. La comitiva se trasladaba desde la morada del esposo a la de la esposa. Rompían la marcha los músicos, los tocadores de flauta, cimbales y tambores; seguían los hombres que repartían a la multitud y a la gente menuda aceite y nueces; tras ellos, los niños portantes de coronas y finalmente el esposos con sus compañeros.

Una vez llegada la comitiva a casa de la esposa, ésta, engalanada con sus mejores atavíos pero cubierta con un velo, se juntaba a la comitiva con sus compañeros y todos con lámparas o antorchas regresaban a la mansión del esposo. Aquí presentaban la esposa al esposo; ambos iban adornados con guirnaldas: el contrato estaba arreglado, intercambiaban  los anillos y recibían la bendición. Luego tenía lugar el festín de bodas. Con frecuencia seguían las danzas y los juegos durante varios días seguidos. (Mat. 25, 1).

Museo Diocesano de Cuenca
Desposorios de María
Se cree que las fiestas de los desposorios fueron celebradas en Nazaret, aldea pacífica de la Galilea, y no en Jerusalén, la ciudad real. El palacio de David estaba ya ocupado por un extranjero, por Herodes el Ascelonita. Para librarse de su crueldad, los descendientes de David habían abandonado la capital y vivían ignorados de todos. El matrimonio de María y José, los más nobles y santos retoños de la antigua familia real, no fue, pues un casamiento real, como aquel que Salomón encomienda por su magnificencia a las hijas de Jerusalén invitándolas a que vinieran a presenciarlo, como lo hace en el libro del Cantar de los Canteares. El espíritu del mundo no tomó parte alguna en ella. Refieren las antiguas tradiciones que los pretendientes que habían visto a José prefirieron dar sus felicitaciones, rompiendo sus varas delante de la casa de los esposos y se marcharon a toda prisa.

El matrimonio de María y José fue la última preparación externa para el advenimiento de Jesucristo. La tienda de campaña de David se erguía nuevamente, pobre sin duda, pero santificada y adornada con el esplendor de todas las virtudes. El apacible jardín de la infancia y de la juventud de Jesús donde discurrieron las horas dulces y hermosas de la vida mortal, el jardín de sus delicias en la tierra, estaba dispuesto. El salvador era esperado con ansias indecibles. Gracias a este enlace, Jesús podía a los ojos de todos, tomar auténticamente el nombre de “Hijo de David”.

Cuenca a 23 de enero de 2017.

José María Rodríguez González. Profesor e investigador histórico.

viernes, 20 de enero de 2017

Orgullo conquense

La rebelión de los conquenses por su Patrón San Julián

La población de Cuenca es gente pacífica y conformista, como así se aprecia en su historia, pero hubo algunas ocasiones que hicieron a los conquenses salir de este letargo conformista. Uno de ellos fue el motín conocido con el nombre del “Tío Corujo” provocado por la subida del precio del pan.

Escudo de Cuenca
San Julián el Tranquilo
En los periodos de escasez, provocado por las malas cosechas, era común que la multitud exigiera a las autoridades locales el abastecimiento de productos, al ser una de las principales responsabilidades de los poderes públicos en los siglos XVIII y XIX. La cosecha del año 1856 fue muy mala, lo que hizo subir los precios de los alimentos, en especial el pan. Esto llevo al enriquecimiento de los comerciantes y especuladores, aumentando el número de mendigos, llegando al levantamiento del pueblo.

Anteriormente a lo expuesto, en el año 1518, corrió el bulo por la ciudad de que los burgaleses querían robar el cuerpo de San Julián. Tal convicción tuvo que los conquenses llegaron a pensar que se habían llevado realmente el cuerpo de San Julián, ello hizo que armados de hoces, palos, piedras y un sinfín de objetos y herramientas punzantes se amotinaron ante el Corregidor y el Obispo de la ciudad, solicitando a toda costa ver el cuerpo del Santo. No hubo otra manera de apaciguar a la multitud que prometerles la exposición a público el cuerpo de San Julián para que se pudiera verificar los hechos.

Hasta ese momento los restos de San Julián estaban depositados a los pies del altar de Santa Águeda, adosado a la columna derecha del crucero. La devoción despertada en el pueblo conquense por su Patrón, a consecuencia de los maravillosos hechos milagrosos del San Julián, se convirtió en obsesión por tener una reliquia que les protegiera de cualquier eventualidad malsana, llevando a los devotos a arrancar astillas de la caja del sepulcro del Santo, quedando al descubierto, por un gran agujero, los restos de San Julián.

Ambos hechos llevaron a ofrecer una ubicación más segura a los restos de San Julián, una vez que la población se apaciguara, al comprobar que el cuerpo de Santo Patrón continuaba en la ciudad y no había sido sustraído por nadie.

Para la realización y cumplimiento de tal promesa hecha al pueblo, el cabildo comisionó a Don Eustaquio Muñoz y a Don Gómez Carrillo de Albornoz, canónigos y este último Tesorero, que junto a los Licenciados Don Pedro de los Ríos y Don Juan Yañez, de los inquisidores y de muchas otras personas, como el Escribano y varios testigos, bajo la presencia del Obispo Don Juan Tapia, vicario del Obispo de Cuenca, Don Rafael Galeote Riario, que residía en Roma; procedieron en la noche del domingo 17 de enero de 1518, a levantar la gran losa que cubría el sepulcro de San Julián, siendo separada un palmo pudo observarse que allí seguía el cuerpo perfectamente conservado y con las vestiduras intactas.

El viernes, 29 de enero de 1518 se procedió al descubierto y a la manifestación pública y veneración, contemplándose con admiración y asombro la maravillosa conservación del cuerpo de San Julián, que por su actitud de reposo e incorrupción parecía más bien dormido que muerto, con las vestimentas pontificales tan bien conservadas, como si acabaran de ponérselas. El día 1 de febrero se expuso al pueblo haciéndose una solemne procesión quedando durante setenta días en la Capilla Mayor protegido por las rejas hasta su definitiva ubicación.
Cuerpo de San Julián

En el altar de Santa Águeda, primer enterramiento del Santo Obispo. Por espacio de 311 años resplandeció con innumerables milagros. Finalmente, en el año 1518, el cuerpo se colocó en el lugar del altar de la Reliquia. Hacia el año 1590 el Obispo de Cuenca, Don Juan Fernández Vadillo, restauró el altar de Santa Águeda colocando los cadáveres de los Obispos Juan I, García III y Lupo IV en el lugar que ocupaba el de San Julián.

La multitud de enfermos curados milagrosamente por la intersección de San Julián, hizo que constantemente llegasen gran número de enfermos a la Catedral de Cuenca en súplica y ruego de exposición del Santo cuerpo, seguros que a su vista y contacto hallarían remedio a sus dolencias. 

Cuenca, 10 de enero de 2017 - José María Rodríguez González.


sábado, 14 de enero de 2017

San Antón en las costumbres conquenses


El 17 de enero es la festividad de San Antonio Abad, en Cuenca siempre se ha celebrado.


Esta festividad es conocida como la fiesta de San Antón. El arraigo en España es bastante intenso y no hay pueblo que no lo celebre, en mayor o menor medida. El refranero también lo ha tenido en cuenta son popularmente conocido refranes como: “Hasta San Antón, Pascuas son” o este otro de “Por San Antón, la gallina pon…” y “Por San Antón, a las cinco hay sol”.

El carácter conquense siempre ha sido poco dado a bullicios y ostentaciones por eso en vez de celebrarse esta fiesta con desfiles de cabalgatas y brillantes atalajes, como se hace o se hacía en la calle de Hortaleza de Madrid o en las Ramblas de Barcelona, esta ciudad se ha centrado en la bendición de sus animales y en la entrega de la caridad, como son los panecillos. En la actualidad además de la celebración de la Santa Misa, después de la cual son bendecidos los panecillos y se reparten a los asistentes, hay una procesión del Santo por el barrio que lleva su nombre en la ciudad.

Me contaba mi abuelo Sabino, que tanta era la multitud que acudía a la parroquia de San Antón, que el puente se llenaba extraordinariamente de gente y que ellos, como niños que eran, subían a repicar las campanas a la salida de la procesión, no dejando de voltearlas hasta que se internaba de nuevo la procesión en el templo; en una ocasión la tira de piel de vaca curtida sin sal, con la que se ataban los badajos de las campanas, se rompió, cayendo sobre la multitud y dejo mal herida a una pobre mujer.
Pero lo más rico eran los “melaos” como así llamaban a un amasijo de miel y cañamones que gustaban comprar en los puestos ambulantes que se ponían a lo largo del puente y de la calle. También era típico que para hacer más amena la espera en el reparto de panecillos, la Banda Municipal de Música amenizara en la “solanilla” del popular barrio con canciones.

Una de las cosas que siempre me han llamado la atención ha sido la iconografía de los santos y en esta ocasión el Santo se le representa con un cerdito a sus pies. Me contaba mi abuelo que no es un cerdo común lo que San Antón lleva a sus pies, según él es un jabalí hembra. Y ¿Por qué eso? Me contaba que en la biografía de San Antón afirma que un día se le acercó al Santo una jabalina con sus jabatos que sufrían de ceguera y San Antón les devolvió la vista, desde ese momento siempre la jabalina caminaba a su lado protegiéndole ante otros animales es por ello que al Santo siempre se le ha representado con un cerdo a sus pies que en realidad es un jabalí.

San Antonio Abad descubrió, a través de la observación de la naturaleza, la sabiduría divina y a su muerte el pueblo lo invocó como patrón de los ganaderos y protector de los animales domésticos y mascotas.

Un año más sea la celebración de esta festividad para pasear por el barrio, acercarnos a la Parroquia de la Virgen de la Luz y disfrutar con nuestras mascotas llevándolas para que sean bendecidas y que San Antón las proteja de enfermedades posibles y no os olvidéis de comer algún panecillo. Cuenta la tradición que hay que guardar un panecillo para el año siguiente con una moneda debajo para que no falte el dinero durante todo el año.

Cuenca, 17 de enero de 2017
José María Rodríguez González. Profesor e investigador histórico


viernes, 6 de enero de 2017

La ilusión en los Reyes Magos

La ilusión en los ojos de los niños y mayores
Cabalgata de los Reyes Magos 2017 Cuenca



Como salida de los cuentos más leídos surge la tradición de una antigua historia que cada año revive en los niños una ilusión que siembre abrigamos los mayores, sugestionados indudablemente por su belleza, aquellos Reyes Magos que ofrecieron las riquezas de sus remotos reinos y doblegaron sus rodillas ante el portalito de Belén donde nacía el Salvador del mundo
.
Fluía el recuerdo, maná sereno y puro al tiempo que monarquías que prometían ser poco menos que eternas se fueron derrumbando por causas al parecer poco poderosas. Se avecinan tiempos donde el olvido será la manera de dejar atrás las tradiciones lugareñas siendo sustituidas por otras de otros lugares.

Cabalgata Reyes Magos 2017 Cuenca
¿Qué hombre recuerda a sus hijos, al legarles el precioso don de la historia y la tradición como única ilusión se su tierna edad, recuerdo imperecedero y presente custodiado para los que mañana querrán saber algo de ayer? Sin embargo hasta hoy, el olvido no ha podido enterrar lo que pasó por la tierra para ejemplo perpetuo de todo tiempo, del hombre. Por eso la historia tiene una página cada año formada por el alboroto de niños, apasionados por los mismos Reyes  que hicieron presentes al Niño de Belén; una página que se repetirá mientras haya niños… y grandes que abonen esta ilusión.

Se legado de tu pasado en tus retoños y no permitas que se pierda la tradición y el encanto de los Reyes Magos.

Feliz día de Reyes

Cuenca, 6 de enero de 2017


José María Rodríguez González. Profesor e investigador histórico.

martes, 3 de enero de 2017

La magia de la Noche de Reyes

Esa noche es la más mágica del año, todos esperamos que alguien cercano a nosotros se acuerde de dejarnos un regalo


Día cinco de enero, las calles se llenan de gente a la espera de las cabalgatas con los reyes de la ilusión.
Adoración de los Magos
Catedral de Cuenca
Capilla de la Virgen del Sagrario
Obra de Andrés de Vargas (1613-73)

Desde tiempos inmemoriales en Oriente la noche del cinco al seis de enero se recordaba el nacimiento del dios Aión, aquellas gentes creían que su dios se manifestaba especialmente al renacer el Sol, en el solsticio de invierno que coincidía con el seis de enero.

Con la llegada del cristianismo esta fiesta fue sustituida por la Epifanía, celebrándose el mismo día la manifestación de Jesús como Hijo de Dios a los sabios, procedente de Oriente. Esta tradición pasó a Occidente a mediados del siglo IV. 

La historia de los Reyes Magos podemos encontrarla en el Evangelio de San Mateo (Mt. 2, 1-12).
La tradición de realizar una cabalgata procede de Italia y concretamente de Florencia. En el siglo XV existía en Florencia una congregación llamada Compagnia dei Magi que era la más antigua de la ciudad y contaba con la protección de los Médici, esta familia tenía una gran devoción a los Reyes Magos, hecho que se atestigua al tener una capilla en su palacio dedicada a los Reyes Magos “Dei Magi”, donde se podía apreciar frescos de Benozzo Gozzoli como la Adoración de los Magos de Fray Angélico. La compañía anteriormente cita y que gozaba de la protección de los Médici. Cada tres años imitaban el viaje de los Reyes Magos por las calles de Florencia, representación que se hacía con gran suntuosidad en la ciudad y que se esperaba con gran interés. Esta representación fue imitada a lo largo de los tiempos por otras ciudades, generalizándose.

Según la tradición los Magos llamados Gaspar, Melchor y Baltase, representaban a Europa, Asia y África, llegando a Belén montados en un caballo, en un camello y en un elefante trayendo consigo: oro, incienso y mirra.
Capilla de la Virgen del Sagrario
Catedral de Cuenca. Obra de Andrés de Vargas

La representación en el arte ha sido muy numerosa, no hay un solo retablo del siglo XVIII en la Catedral de Cuenca que no cuente con ello. Como estudioso de la iconografía os explicaré: que los magos representaban a todos aquellos que buscan la luz de Dios. La estrella anunció la venida de Jesús a todos los pueblos. Los tres regalos simbolizan: el oro se les daba a los reyes, Jesús ha venido a este mundo como rey; el incienso se le da a Dios, ya que Jesús es el hijo de Dios hecho hombre y la mirra se untaba a los hombres escogidos.

La tradición de los regalos en el día de Reyes es algo universal, pero es una tradición especial que se celebra en España y Portugal.

La fiesta posee su particular ceremonial, comenzando por la escritura de la carta a los reyes. Tras la tradicional cabalgata, dejando los zapatos y la correspondiente comida para los camellos o caballos, junto a un pequeño refrigerio para los Reyes, uno se va temprano a dormir. Esa noche es la más mágica del año, todos esperamos que alguien cercano a nosotros se acuerde de dejarnos un regalo que por pequeño que sea representa al cariño y a amistad de los tuyos contigo.

Feliz noche de Reyes. Un gran abrazo a todos.

José María Rodríguez González


  

domingo, 1 de enero de 2017

Visitas guiadas por la iconografía del siglo XV en la Catedral de Cuenca

LA ICONOGRAFÍA DE LA CATEDRAL DE CUENCA, ÚNICA Y ESPECTACULAR
VISITA GUIADA GRATUITA POR LA ICONOGRAFÍA DEL SIGLO XV EN LA CATEDRAL DE CUENCA

Después de este paréntesis de unos meses y con el nuevo año reanudamos las visitas guiadas por la iconografía marginanista que poseen los arcos góticos de la Catedral conquense.

Este sábado, día 7, primero del mes de enero, a las 11 de la mañana en la Catedral de Cuenca, el investigador José María Rodríguez realizará un recorrido guiado por las arcadas góticas del siglo XV explicando el contenido iconológico e iconográfico de los iconos. 

Con sólo la entrada al recinto el mismo investigador, gratuitamente, hará un recorrido explicativo de la iconografía existente en los arcos góticos (Duración aproximada una hora).

Quinientos doce años, desde que finalizó la reforma de la girola de la Catedral, allá por el 1505, lleva la iconografía “marginalista” en los arcos góticos. Nació para dar a conocer mediante la zoología más familiar, lo bueno y lo malo de la conducta humana, para un pueblo falto de conocimiento en la escritura y lectura de textos. Fue a través de las imágenes talladas la manera que eligieron los eruditos de la época para trasmitir las enseñanzas bíblicas.

El contenido de esta iconografía, único en occidente al poseer zoología americana por su coincidencia, de la ampliación de la girola, ordenada por el Obispo Lópe Barrientos (Siglo XV), con el descubrimiento de América (1492).

A través de sus figuras se representan pasajes bíblicos, así como
los vicios y virtudes que el hombre ha tenido desde el principio de los tiempos. En sus arcos existe una dualidad, enfrentando a las virtudes con los vicios opuestos: castidad-lujuria, paciencia-ira, soberbia-humanidad, lujo-sobriedad, caridad-avaricia, concordia-discordia. Todo ello invita a hacer un recorrido por cada arco para encontrar su significado y su enseñanza.
Catedrales habrás visitado muchas, pero te aseguro que ésta es una experiencia diferente.