martes, 2 de mayo de 2017

Los gamones, vara de San José


El alma sólo entiende el lenguaje de las flores

No pasa desapercibida su presencia estos días en la Serranía de Cuenca, grandes espacios se ven poblados por los asfódelos floridos como varas al viento que con su flor blanca llena de color espacios junto a caminos y carreteras que se ven despobladas de pinos.

Puede llegar hasta un metro de altura su tallo. Es una planta herbácea, con raíces en forma de tubérculo, confundiéndose, a veces con un bulbo. Sus hojas son basales, líneas y rectas. Sus flores con blancas con tépalos blancos con un nervio verde central, formando racimos terminales densos en primavera y sus frutos tienen forma de cápsula ovalada.

Cuenta la historia que en Grecia los gamones eran llevados a las tumbas pensando que los muertos se nutrían de ellos, fue la planta funeraria por excelencia. En los antiguos mitos griegos el reino de Hades, que era la morada de los muertos a la que iban todos los mortales, la estancia estaba alfombrada de gamones porque era la flor preferida de la reina del inframundo, Perséfone, a quien siempre estuvieron consagrados los asfódelos. Se decía que las almas sólo entendían el lenguaje de las flores y era por ello que se les ofrecía los gamones como primicia de la primavera del más allá en los funerales.

Sus hojas y flores se han utilizado para adornar las calles de los pueblos al paso de la procesión del Corpus Cristi. Días antes de las festividad la gente salía con los burros al monte para cargar las alforjas con grandes cantidades de gamones. También se recogían para alimentar a los cerdos, con ello hacían que sus carnes fueran de un color rosado y con sabor muy agradable.

A parte del uso ornamental también se ha usado con fines medicinales, como tónico, diurético y laxante. Antiguamente se consumían los tubérculos pero desde que se descubrió la asfodelina, que está catalogado como un antibiótico, se desaconsejó su consumo.

A los gamones o asfódelo se le asignó el nombre de vara o varilla de San José al coincidir su floración con la festividad de San José Obrero.

Cuenca, 3 de mayo de 2017


José María Rodríguez González.

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